Más cuarentena, excepto para la clase trabajadora, que va a pagar la crisis

Sánchez anunció este fin de semana la extensión de la cuarentena dos semanas más, hasta el 26 de abril, pero las y los trabajadores tendrán que volver a trabajar a partir del 11 de abril. También habló de unos nuevos “pactos de la Moncloa” para enfrentar la crisis económica que se viene.

Xavi Posets

Este sábado (4/4/220) Pedro Sánchez comparecía en la Moncloa para anunciar la prorrogación del estado de alarma hasta el 26 de abril, cuando hoy se cumplen 3 semanas del inicio de la cuarentena. Sin embargo, los trabajos no esenciales volverían el 11 de abril, con el objetivo «relanzar nuestro sistema productivo».

Estos días estamos viendo como el incremento diario de infectados desciende lentamente (6.000), así como el número de fallecidos por día se reduce eventualmente – 600-700 muertes, cuando veníamos escuchando cifras de 800-900 –, por lo que da a pensar que nos situamos cerca del pico de la curva de contagios. Sin embargo las cifras siguen siendo escandalosamente altas, con un total de 12.418 fallecidos, 131.551 infectados diagnosticados – más que Italia – y 38.080 altas médicas.

Según el presidente, el descenso de ritmo es gracias a estas «tres semanas de aislamiento que están dando sus frutos». «Doblegar la curva, dejar atrás el pico, era el primer objetivo, y estamos cerca de alcanzarlo», por lo que se hace obvio la necesidad de seguir con medidas de contención contra el virus., algo que el propio Gobierno está dispuesto a incumplir al mandar a trabajar a los “trabajadores de grandes industrias o de la construcción”. Sin dejarnos engañar, sabemos que eso quiere decir que cualquier empresa podrá obligar a sus trabajadores a ir a trabajar cuando el teletrabajo no sea una opción, sea del sector que sea.

De esta forma volveríamos al estado de alarma de las dos primeras semanas, con servicios no esenciales, donde se seguía congestionando el transporte público, hacinando a trabajadoras en trenes y metros, para luego estar hacinados en fábricas. Y con el agravante del permiso retribuido, es decir, que el trabajador deberá recuperar las horas de estas dos semanas de cuarentena.

Los síntomas del virus se empiezan a notar a partir del quinto día, pero lo normal es desarrollarlos entre 11-12 días. Por lo tanto, los casos diagnosticados se presentan a casi dos semanas del contagio – y más en España donde escasean los test – así que lo que hagamos hoy se verá reflejado en 12 días. Siendo así, el numero altísimo de contagios diarios, 6.000, corresponde a la primera semana de cuarentena. Sí se empieza a notar, veíamos de más de 7.000 nuevos contagios diarios, pero sigue siendo altísimo. Para los peores casos, el tiempo de duración del contagio al fallecimiento se puede alargar más, por lo que aún es difícil asegurar que la tendencia de fallecidos vaya a la baja.

A todo esto, aún nos queda una semana para empezar a notar los efectos del estado de alarma sin servicios no esenciales, y quitarlo la semana que viene podría producir otra nueva oleada de contagios sobre la clase trabajadora. Y mientras el Sistema de Sanidad pública continua trabajando sin suficiente personal, ni recursos de contención ni de protección.

“Nuevos Pactos de la Moncloa”, o cómo la clase trabajadora va a pagar la crisis

Como hemos visto, la política del Gobierno se centra en salvar a toda costa el tejido empresarial y el beneficio de la patronal dejando de lado – más bien debajo – a los sectores trabajadores. Ahora, Sánchez propone un nuevo paquete de medidas económicas para relanzar la economía. Y para ello hace un llamado a la unidad de partidos políticos y actores sociales – a traducir patronales y burocracia sindical – tal y como se hizo en 1977 en los Pactos de la Moncloa, que recogió medidas sociales y económicas encajadas dentro de la transición que asentaban el sistema capitalista y la extracción de la plusvalía.

«Es evidente que, para poder garantizar las rentas que vamos a tener que garantizar durante este periodo hasta que la economía rebote», España «se va a tener que endeudar, que vamos a detraer recursos a las generaciones venideras».

Finalmente, el presidente lanzó varios mensajes hacia la Unión Europea, que si bien ha aprobado algunas medidas de apoyo a la lucha contra el coronavirus, la “comunitarización” de la deuda – en forma de eurobonos – no contenta a Alemania y Países Bajos. También se mostró a ser flexible a la vez que suplicaba la unidad de la UE para hacer frente a la pandemia. Y es que cada vez más se destapa la UE como proyecto neoliberal y crece el sentimiento de abandono.