Una larga maratón sin meta a la vista

“Estamos en un momento que los países no tiene ganas de escuchar este tipo de malas noticias y lo entiendo”. (Hans Kluge, Director para Europa de la OMS)

Marcelo Buitrago

Mientras la OMS reportó este domingo el mayor aumento mundial de casos en un día desde el inicio de la pandemia: 308.000 nuevos casos, con India, Estados Unidos y Brasil encabezando la lista, el director para Europa de la OMS declaró que la pandemia será “más dura en noviembre y diciembre” y que “se verá una mortalidad más elevada” en ese continente. Es que después del brote de marzo-abril, con distintos ritmos, todos los gobiernos capitalistas se embarcaron en las reaperturas, que se aceleraron con la llegada del verano y la presión de la industria turística. Ahora, de conjunto, Europa ha superado el número de contagios diarios de abril (34.000) y desde fines de  julio no para de crecer, llegando el 15/9  a 42.000 casos diarios en promedio,  alarmando el ascenso en España y Francia, y el Reino Unido en los últimos días. Y si bien las muertes  se mantienen estables desde junio (320-360 diarias) muy lejos del pico de abril (4.000 muertes diarias en promedio) replicando parcialmente  el fenómeno observado en Estados Unidos (más contagios pero menos fallecimientos), el temor al descontrol empieza a encender las alarmas  nuevamente.

Sobre todo después del ejemplo de Israel, que debió imponer un segundo confinamiento nacional, de tres semanas, ya que  hoy encabeza mundialmente el aumento de contagios diarios (4.000), en relación a la población, iniciando a partir del 1 de setiembre un ascenso vertical de nuevos casos diarios. Este país fue uno de los primeros, a mediados de abril, en levantar las restricciones, luego de un mes de confinamiento. En ese entonces tenía 13.000 contagios. Hoy suma 170.000. A pesar que ya en julio, ante el ascenso de casos, el propio primer ministro, el fascista de Netanyahu, reconoció que  la desescalada de abril fue «demasiado pronto y demasiado rápida»; como el ascenso de casos diarios se detuvo en agosto, no se tomaron medidas: los negocios mandaron. «Tomamos decisiones en base a prueba-y-error. Pruebas algo, te equivocas, y lo arreglas. Así es como todos los gobiernos y líderes con los que hablo operan», había dicho Netanyahu aquel día de julio en el que admitió su error en la gestión de la desescalada: la saga de los negacionistas que consideran la pandemia como algo manejable tiene una nueva figura.

Argentina al tope de nuevos casos diarios en el mundo

Argentina se encuentra décima en el total acumulado de casos, pero cuarta en el mundo en el promedio semanal de nuevos casos diarios y tercera  en el mundo en nuevos casos diarios por millón de habitantes (sin considerar algunos pequeños estados como Andorra, Aruba o Montenegro)  y primera en países de más de 10 millones de habitantes.

Promedio semanal al 15/9 Nuevos casos diarios por millón
Israel 417
Bahreim 355
Argentina 242
Costa Rica 240
España 209
Perú 183
Brasil 132
Estados Unidos 109

 

Promedio semanal al 15/9 Casos nuevos diarios
India 92.830
Estados Unidos 36.307
Brasil 28.259
Argentina 10.936
España 9.807

 

Y si bien el número de fallecidos por millón (240) está lejos aún de los de Latinoamérica como Perú (925), Chile (621), Brasil (617), y de los países europeos del primer pico, España (637), Reino  Unido (612), Italia (589), el problema es que el país  también se ubica ahora en los primeros  planos en número de nuevos muertos, tanto en números absolutos como relativos; ocupando el primer lugar mundial en muertos por millón la última semana.

Promedio semanal 15/9 Nuevas muertes diarias Nuevas muertes diarias  * millón
India 1.143 0.83
Estados Unidos 760 2.30
Brasil 720 3.39
Filipinas 259 0.96
México 466 3.62
Argentina 214 4.74
Perú 119 3.62
Colombia 215 4.23

 

El otro dato agravante son los  3.000 internados en estado crítico, donde también nos encontramos en los primeros puestos en relación a la población.

“La cuarentena más larga del mundo”, que sólo existe en la cabeza de los que niegan la pandemia y en la de los empresarios que aún no pueden reabrir (transporte, espectáculos, shoppings, restaurantes), cuenta con el agravante escandaloso de lo que desde el minuto cero fue su punto débil: la falta de testeos y rastreo de los contagiados para aislarlos. Desoyendo las recomendaciones de la OMS en marzo (testear, testear y testear), el número de testeos es insignificante. Al principio, desde el gobierno y su “comité de amigos” calificados como “expertos” en algo que el mundo entero no tenía ninguna experiencia, se argumentaba que los test eran los suficientes, que había un problema con los insumos, y todo tipo de chamuyo. La realidad es insultante, no comparándonos con Europa o Estados Unidos, sino con nuestros vecinos de América Latina. Argentina se ubica en los últimos puestos del mundo: llevamos acumulados 1.600.000 test en seis meses, lo que  Estados Unidos ha testeado  en dos (2) días.

América latina Test por millón
Perú 106.158
Chile 145.791
Colombia 61.438
Argentina 34.800
Paraguay 32.900
Bolivia 23.000
Ecuador 20.000

 

Estados Unidos 276.700
Rusia 275.442
España 213.000
Francia 153.000
Italia 161.000
Sudáfrica 66.000
Irán 43.000
Filipinas 29.000
Afganistán 2.750

 

Como consecuencia de ello, Argentina está en los primeros puestos en proporción de pruebas positivas, del orden del 40%, mientras la OMS recomienda no superar el 10%.

Si vamos a creer al Rector de la UNNOBA (Junín-Pergamino), su laboratorio realiza 100 test diarios, pero debe atender a “tres o cuatro regiones sanitarias” de las doce que tiene la provincia de Buenos Aires. El gobierno bonaerense anunciaba en mayo que 21 laboratorios en todo el territorio provincial podían realizar 1.400 pruebas diarias, y si bien en julio se elevó ese número a  34, tiene que atender a más de 16 millones de bonaerenses: no sólo era comprar o fabricar los test, sino también montar los laboratorios que pudieran procesar una rápida respuesta. Si esto pasa en el interior sojero de la provincia, donde hay que esperar más de 5 días en tener los resultados de los test, ocupando así camas en forma innecesaria si el resultado es negativo, ya podemos imaginar la situación de muchas provincias, donde los recursos se centran sólo en las capitales provinciales.

La solución encontrada ahora por el Ministerio de Salud a este problema fue considerar a los contactos estrechos con síntomas como positivos, sin testearlos. Nos dicen que “no hay ninguna falla en el sistema” sino que “hay una gran demanda de testeos”, ¿y para eso se “estaban preparando”?

Se plantea el interrogante lógico del porqué esta dinámica de la pandemia en la Argentina que la lleva a los primeros puestos mundiales, a pesar de haber tenido la ventaja de observar lo que pasaba en Estados Unidos y Europa, y un confinamiento temprano, aunque luego fue abandonado. Más allá de la imperdonable falla de base de no realizar testeos ni siquiera al nivel de Latinoamérica, lo que está claro es que la pandemia no tiene ni una “hoja de ruta” establecida a priori, ni un patrón de comportamiento fijado de antemano. Hemos observado la duplicación de casos en Estados Unidos con respecto a abril, mientras las muertes se ubicaban en la mitad. El número de contagios de España, Italia y Reino Unido de marzo parece ahora reducido con lo que se vio después en Latinoamérica o Estados Unidos,  pero la proporción de muertes no alcanzó esos picos en tan poco tiempo. Más aún, es motivo de especulación la diferencia dentro de Estados Unidos, de los casos de Nueva York y Los Ángeles. Fueron las primeras en imponer cuarentenas, pero mientras la primera tuvo una explosión de casos y muertos en los primeros sesenta días del brote, para después aplastar la curva de muertos en mayo y de  casos en junio, la segunda tuvo un aumento gradual hasta junio, donde cambió la pendiente de su curva de contagios para arriba, y recién en setiembre tiene una tendencia descendiente de contagios, pero no así de sus fallecidos.  En Nueva York, Queens y Brooklyn tuvieron 263 y 219 muertos por 100.000 habitantes, Los Ángeles tiene  62. Siendo la capital nacional de los “sin techo”, era la candidata a la tragedia. Pero no fue así. Aún.

Mientras no haya una vacuna segura y eficaz, lo que después demandará mucho tiempo para su distribución masiva a nivel mundial, la pandemia nos enfrenta como a una maratón, no a una carrera de velocidad, con un final a la vuelta de la esquina. Corea, tomada como ejemplo mundial por su rápida respuesta (control social inaceptable incluido) aún hoy sigue rastreando cualquier posible foco para cortarlo de raíz.

Fernández, viendo la película para atrás, y no los peligros para adelante,  casi como un acto de fe ciega, se largó a una apertura casi total, y ahora, con los recursos físicos al límite y el recurso humano de los trabajadores de la salud al borde del colapso en muchos lugares, directamente sacó a la pandemia de su agenda, como si no hablando de ella pasara. Estamos a tiempo de cambiar el curso: mientras los contagios sigan para arriba, la única salida realista es evitar los mismos en los lugares de trabajo que no sean imprescindibles y el transporte público para concurrir a los mismos. La vida de las y los trabajadores primero!