Por una Conferencia Internacional Anticapitalista

La rebelión en Estados Unidos y crecimiento de los movimientos de lucha en varias partes del mundo empieza a plantear la necesidad de la confluencia en un espacio internacional.

Roberto Sáenz

Desde la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie [1], teniendo en cuenta el proceso de rebelión popular en Estados Unidos, estando y participando de las movilizaciones contra el racismo y la violencia policial en Francia, toda una serie de movilizaciones en las últimas semanas, también participamos en Barcelona, teniendo también nuestros compañeros y compañeras en pleno desarrollo en Brasil, en Centroamérica, etc., nos da la impresión de que es muy grande el fenómeno que está emergiendo, pero no tiene ningún tipo de ámbito de representación internacional.

Hay que ver si se profundiza. En ese caso, nuestra idea es que deberíamos poder, junto a otras fuerzas de la izquierda y movimientos en lucha, convocar a una Conferencia Internacional Anticapitalista que dé algún punto de reunión entre las corrientes de la izquierda revolucionaria y los movimientos de lucha.

Por ahí apareció una cosa que es una farsa, una especie de “Internacional progresista” entre Sanders -que capituló a los demócratas-, Varoufakis -que capituló cuando entregaron la lucha contra el FMI en Grecia desde el gobierno de Syriza-, el PT, etcétera; obviamente que eso es cualquier cosa: es el reformismo puro, sin ninguna potencialidad.

Pero existe una especie de “vacante” o vacío de un ámbito en el cual podamos procesar la maduración política de las discusiones entre las corrientes revolucionarias y los movimientos de luchas. Hay un espacio ahí porque venimos de una etapa muy difícil, una etapa muy rica de recomienzo de la experiencia histórica pero al mismo tiempo difícil, de acumulación, de relanzamiento de nuevas corrientes del trotskismo como es el caso nuestro con Socialismo o Barbarie.

Es decir, una situación de reinicio de la experiencia histórica, de cierre de otra experiencia histórica anterior con la caída del Muro de Berlín, de crisis incluso de las corrientes del trotskismo de la segunda posguerra y de lanzamiento de balances y de nuevas corrientes socialistas revolucionarias.

Hay que hacer confluir esas dos cosas: las corrientes revolucionarias que tienen vitalidad y los que quieran participar con un programa anticapitalista, y los movimientos de lucha que vienen del terreno real que no necesariamente son trotskistas.

Debe haber un espacio donde eso confluya; de eso todavía no hemos escuchado mucho. Estamos muy al comienzo de los acontecimientos y estas cosas ocurren cuando hay procesos reales, procesos que se sostienen. El tema del movimiento negro, el movimiento de mujeres, la juventud, la ecología: hay una tendencia creciente a movimientos y hay una vacante de un ámbito de espacio común, internacional.

Nosotros empezamos a propagandizar hoy esta idea, recién a propagandizarla. No somos ingenuos, sabemos que no es fácil, que depende un poquito más del proceso mismo. Ningún ámbito, reagrupamiento, instancias como la Primera Internacional, etcétera, surgió como algo de probeta, de laboratorio, sino como fenómeno real. De alguna manera hay que poder unir las corrientes revolucionarias que representamos una trayectoria histórica acumulada del marxismo revolucionario, del trotskismo, etc., y las experiencias nuevas que han surgido.

Hay todo tipo de debates, que no tengo tiempo de abarcar ahora. Pero, por supuesto, las corrientes que mantienen la tradición del marxismo revolucionario son una minoría, hay más corrientes del tipo One Single Issue, que toman un solo elemento (solo el tema color o mujer, por ejemplo), temas parciales. Hay todo tipo de corrientes reformistas, autonomistas, anarquistas. El tema es cómo encontrar un ámbito donde poder procesar una experiencia; por supuesto que dentro de determinados parámetros.

Eso es lo que en realidad nos preocupa con cualquier formulación que podamos hacer que, por ahora, es quizás esta Conferencia Internacional Anticapitalista. Se trata de ver si hay un ámbito más global donde pueda procesarse la experiencia. Por supuesto, con una delimitación clara con el reformismo, con un carácter anticapitalista y revolucionario en general.

[…] Crece la dinámica de lucha de clases que se hace internacionalista, aunque en algunos sectores de la clase obrera es duro; pero crece esa dinámica. La Corriente Socialismo o Barbarie y estas charlas buscan alentar esa dinámica de lucha internacional.

 


[1] Extracto adaptado de la charla realizada el 23 de junio, y editada como texto (La “revolución” a flor de piel). Lee la charla entera aquí.