Líbano: Tras la explosión en el puerto, estalla la bronca popular

Las calles de Beirut expresan la rabia de la gente. Los manifestantes tomaron el Ministerio de Asuntos Exteriores, y desde allí exigen la renuncia del Gobierno tras la catástrofe provocada por la explosión del pasado martes, que ya alcanza los 158 fallecidos y más de 6.000 heridos.

Los propios manifestantes han bautizado la jornada como el “día del juicio». También se han ocupado el Ministerio de Economía y el de Medio Ambiente, y se han movilizado hacia las casas de los ministros, e intentan alcanzar el Parlamento en una de las jornadas de protesta más fuertes contra los políticos en los últimos nueve meses de protestas.

El primer ministro, Hassan Diab, ha llamado a celebrar elecciones parlamentarias anticipadas como única solución en respuesta a la aclamación popular. “La gente tiene derecho a estar furiosa”, ha declarado en un discurso televisado dirigido a la nación. “Estoy dispuesto a asumir la responsabilidad durante dos meses hasta que todas las partes lleguen a un acuerdo para la siguiente etapa y el lunes recomendaré al Gabinete que llame a elecciones anticipadas”, ha detallado.

La policía ha reprimido con balas de goma y gases lacrimónenos, e incluso con balas de plomo.

Militares jubilados se han sumado a las protestas, y uno de ellos ha liderado la toma del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo control ha sido recuperado por el ejército a última hora de la tarde. Varios coches de bomberos se han negado a usar cañones de agua contra los manifestantes, según medios locales.

La indignación producida por la crisis y la trágica explosión en el puerto de Beirut ha explotado en una increíble manifestación. Según trascendió en los medios, a los hospitales ya colapsados por el virus y las víctimas de la explosión, se les suman ahora más de 100 heridos por las protestas. “30 ambulancias están en marcha, 32 personas han sido transportadas y 100 tratadas sobre el terreno”, ha informado Rodney Eid, portavoz de la Cruz Roja. Los voluntarios de esta organización y de Defensa Civil llevan sin dormir desde el martes, pero siguen a pie de calle.