Flora Kessler
A partir de 2015 la movilización de las mujeres contra la impunidad de violadores y asesinos viene acelerándose en Francia. En ese primer momento luchamos por la libertad de Jacqueline Sauvage, que fuera condenada a prisión por matar a su marido torturador. Después de 42 años de soportar los golpes y las cuchilladas de su marido, ella le disparó en 2012. Este hombre, con el que Jacqueline se había casado a la edad de 17 años, también había violado a dos de sus tres hijas e inducido a su otro hijo al suicidio. Jacqueline había sido condenada a diez años de prisión por homicidio, pero, finalmente, en enero de 2017 logramos que saliera libre con la movilización en las calles.
En Francia 3,2 millones de mujeres y sus hijos están en peligro, porque conviven con hombres violentos. La cifra es alarmante: más de 120 mujeres son asesinadas cada año por sus parejas. Y es por eso que muchas manifestaciones se han realizado frente al Palacio de Justicia de París, en las que las mujeres con rabia se rebelan contra este gobierno, contra la justicia francesa, patriarcal y de clase, que no castiga a violadores, agresores, ni proxenetas.
Los hombres agresores saben que la justicia francesa es patriarcal, que no serán castigados, y por eso siguen agrediendo, mientras el gobierno de Macron no hace nada para revertir la situación. Esta misma semana, dos violadores, Georges Tron, alcalde de derecha, y Tarik Ramadan, intelectual musulmán, salieron libres. Los jueces protegen criminales porque entre ellos y los culpables existe “solidaridad” entre dominantes, explotadores, abusadores de mujeres. Y como si esto fuera poco, cuando una mujer va a denunciar al criminal que la ha violado o agredido, los policías tratan de hundirla más, y hacen todo lo posible para no tomarle la denuncia. Incluso las pruebas contra el hombre verdugo desaparecen de comisarías y juzgados.
De #Metoo a #Noustoutes
Desde octubre del 2017, con el surgimiento del movimiento “Metoo”, (yo también) y “Balancetonporc” (denuncia al puerco), salimos a las calles para seguir denunciando violadores y asesinos. Muchas jóvenes se integraron al movimiento de mujeres por primera vez, creando asambleas y grupos más o menos formales de denuncia a través de las redes sociales y organizando eventos para encontrarse y discutir. De esta manera, el grupo “MetooParis” se movilizó por la libertad de Valérie B, que también había matado a su marido torturador, que la prostituía.
Con la movilización contra la selección universitaria, el movimiento #Metoo también se trasladó a las universidades. De esta manera, en marzo, abril y mayo de este año, durante la lucha de los estudiantes, muchas jóvenes estudiantes estuvieron al frente de las movilizaciones, dirigiendo tomas y asambleas. Además, organizaron numerosas reuniones no mixtas para hablar de problemas de agresiones sexistas y de discriminación en las universidades.
A partir del verano un grupo de feministas institucionales, muchas próximas al Partido Socialista Francés, bajo la dirección de Caroline De Haas, llamaron a reuniones para organizar una gran marcha el sábado 24 de noviembre contra las violencias sexistas. El movimiento recibió el nombre de “Noustoutes”, (todas nosotras), intentando ser la continuación del fenómeno #Metoo. Pero este llamado se dio al estilo de los demócratas estadounidenses, con el método del “crowdfunding”, para juntar fondos para la organización, pero sin dar ninguna discusión democrática sobre las estrategias y las divergencias del movimiento. Sólo quieren que las mujeres se anoten en su plataforma de internet para realizar tareas. Que sean las manitos “obreras”, mientras que unas cuantas dirigentes deciden y salen en los medios, decidiendo todo por arriba de manera burocrática.
#Nousaussi y #Pastoutes
En las reuniones previas a la movilización, las dirigentes de #Noustoutes decidieron aceptar una representante del sindicato de “trabajadores sexuales”, STRASS, un grupo de regulacionistas, dirigidos por un hombre, que al igual que AMMAR en Argentina, sostienen que la prostitución es un trabajo como cualquier otro y debe ser legalizada. Muchas mujeres y grupos abolicionistas reaccionaron diciendo que no iban a marchar detrás de un grupo regulacionista.
Luego el STRASS decidió salir del grupo “piloto”, puesto que llamó a una especie de contramarcha, es decir, a ponerse delante de la bandera principal. El llamado que hacen firmar se llama “Nousaussi” (nosotros también), y reúne, entre otros, a grupos de jóvenes queer y a colectivos estudiantiles. En su comunicado hablan de las “trabajadores sexuales”, sin denunciar a los proxenetas, y utilizan a los inmigrantes como cobertura radical, así como las discriminaciones a las minorías sexuales, a las mujeres que llevan velo, etc. No nombran ni una vez al patriarcado, ni al gobierno de Macron, ni tampoco a las luchas de las mujeres en el mundo. Y sobre todo no piden que cese la impunidad de violadores, agresores y proxenetas, que es el obstáculo más grave que tienen las mujeres para vivir en seguridad.
Frente a estos dos grupos, uno institucional “Noustoutes” que no denuncia la violencia que sufren las mujeres prostituidas, y otro “pro trabajo sexual” “Nousaussi”, que se dice “radical”, un grupo de feministas han salido con otro comunicado abolicionista bajo el nombre de “Pastoutes” (no todas), donde denuncian a ambos grupos y dicen que no marcharán el 24N. Pero tampoco es una solución quedarse en la casa, escribiendo en Facebook o Twitter.
¡Todas a las calles!
En Francia hace falta un nuevo bloque de mujeres que luche en las calles de manera independiente contra toda violencia, de violadores, proxenetas y femicidas, que son protegidos por este gobierno neoliberal de Macron. Porque se haga justicia, para que todas las mujeres y niños se sientan en seguridad, sin miedo a ser agredidos. Porque las mujeres y hombres inmigrantes tengan sus papeles, y un acceso a un trabajo digno para que no tengan que trabajar en negro ni prostituirse. Es por eso que este 24 de noviembre convocamos a movilizarnos contra la violencia hacia las mujeres.
¡Por un movimiento de mujeres que luche en las calles contra toda violencia sexista, contra los ataques del gobierno de Macron y contra la justicia patriarcal que ampara violadores y femicidas!