Dani L.

El gran conglomerado automotriz Renault, que incluye también Nissan y Mitsubishi, anunció el pasado viernes una reestructuración mundial del personal que incluye un recorte de 15.000 puestos de trabajo. Su portavoz anunció que debido a la reducción en la demanda de lo que producen este año las finanzas de la empresa darán negativo y esto es motivo suficiente para la agresiva reestructuración empresarial que encararan de aquí a 2022. En efecto la empresa ha visto la caída de sus ventas en 2019 y la crisis del coronavirus profundizó dichos indicadores en los meses de marzo y abril.  Ante estos anuncios sobre la reestrucuración también impactaron con una baja de los valores de sus acciones en la bolsa francesa.

La megaempresa refiere que 4.600 de esos puestos son empleos en Francia. En el país existen varias plantas de producción de la empresa: Maubeuge, Sandouille, Douai, Cleon, Dieppe y Flins además de distintos puestos de trabajo en otras actividades y sedes. En la sede de Choisy-le-roi donde 260 personas trabajan en reciclaje se anunció el cierre de dichas actividades. También son parte de estos 15 mil puestos de trabajo aquellos perdidos por los despidos de Nissan en Catalunya con el cierre de dicha planta.

Renault es una empresa francesa con un 15% de capital estatal. Siendo la industria automotriz francesa una de las industrias afectadas por la crisis económica actual, la misma es alcanzada por las ayudas anunciadas por LREM para el sector. Se trataría de préstamos estatales de hasta 5 billones de euros. Pérfidamente esas ayudas estatales no son condicionadas al sostenimiento de los puestos de trabajo.

El propio anuncio de la empresa indicaba que estos puestos de trabajo están siendo evaluados en Francia con diálogos con las centrales sindicales, anunciando jubilaciones y retiros voluntarios o movimientos y traslados para minimizar las pérdidas de puestos. Las reestructuraciones de este tipo entre plantas que se encuentran en localidades alejadas unas de otras y distribuidas por todo el país alerta a los trabajadores sobre las sensibles y profundas modificaciones en sus vidas que podría tener las decisiones empresariales que se toman en la cúpula empresarial, con un balance comercial negativo después de décadas de ganancias.

Ante esto la respuesta de los trabajadores no se hizo esperar. El mismo viernes ante el anuncio del cierre del establecimiento de Choisy-le-roi en Val de Marne, cientos de personas se conglomeraron en la puerta de la fábrica para protestar estos anuncios. El sábado siguiente en Maubeuge la CGT anuncia una convocatoria de 8000 personas desde la sede de la plata hasta la alcaldía de la ciudad, con el mismo reclamo. Semanas antes la Justicia, a pedido del sindicato, había impedido la reapertura de la planta Sandouville, donde trabajan más de 1800 personas, por no encontrarse las condiciones dadas en términos de salubridad para garantizar la salud de los trabajadores de esa planta en relación al COVID19. El pasado dos de junio en el establecimiento de Choisy-le-Roi han declarado en huelga reconductible. Se trata de un sector de trabajadores que no estarán dispuestos a rendirse ante los hechos consumados y pelearán por defender sus puestos de trabajo, las condiciones en su tarea y el destino de sus vidas y sus familias. ¡Total apoyo a su lucha! ¡Que la crisis no la paguen los trabajadores!