Dani L.
Este 7 de diciembre alrededor de 25 000 trabajadores de distintos servicios sociales de Francia participaron de manifestaciones en una decena de ciudades del país. Manifestaciones que se dieron en el marco de un llamado a huelga demandado desde las bases y convocado por la intersindical de la CGT, SUD Solidaires, FO entre otras centrales.
La huelga y manifestación fueron de las más grandes que se recuerdan en el sector de la última década según pudimos escuchar de colegas de tradición en el sector. En París se estima que entre 8 mil a 10 mil trabajadores se movilizaron al Ministerio de Salud para reclamar.
Una alta tasa de adhesión a la huelga que pudimos comprobar también en la composición de la manifestación en París. Una nueva generación de jóvenes trabajadores sociales que comienza a hacer sus primeras experiencias de lucha se mezclaba con una gran cantidad de compañeros en la mitad de la carrera o hacia el fin de la carrera que han podido atestiguar el gran deterioro de las condiciones de trabajo en el sector.
Se trata de un sector que, como el sector salud, también se encuentra en la primera línea, que ha trabajado durante toda la pandemia y que atestigua un incremento altísimo de demanda de sus servicios ligado al deterioro de las condiciones de vida de grandes contingentes de personas ligado a la crisis económica en curso.
La realidad del sector es dramática. Miles de servicios sea de protección a la infancia, de acompañamiento de menores adultos, de asistencia a migrantes, de servicios de asistencia y acompañamiento a personas con discapacidad, de asistencia a adictos se encuentran con déficits de contrataciones que ponen a los trabajadores en situaciones de riesgo de todo tipo. En este sector también se movilizaron trabajadores sociales de servicios de asistencia a mujeres víctimas de violencia machista. Los trabajadores movilizados reclaman el peligro del burn out al que se encuentran sujetos cotidianamente cuando ven a sus compañeros pasar por largos períodos de licencias médicas o reconvertirse a otros trabajos ante la imposibilidad de encontrarle sentido a la carrera social y a la frustración de la ausencia de políticas públicas reales para el público que acompañan.
El reclamo es por la actualización salarial a un mínimo de 1700 euros pero no solo eso sino por la aumentación de los presupuestos estatales que se destinan a todos estos servicios que son muy frecuentemente tercerizados por el estado a asociaciones civiles que precarizan las tareas echando mano a voluntarios no pagos y a estudiantes con pasantías obligatorias para cubrir los puestos necesarios pera tambien a una explosion de la demanda de asistencia social, particularmente ligada a la precariedad de la población. Algunos servicios en huelga ayer también se organizan para luchar contra las prácticas de violencia institucional ejercida desde las direcciones del estilo managment no solo contra los propios trabajadores sino también a veces violentas institucionalmente con el público solicitante de estos servicios. Se reclama el aumento presupuestario que permita ampliar las contrataciones con salarios dignos pero también aumentar las plazas de albergue de personas y las prestaciones sociales ofrecidas al sector de la población más rezagado a nivel económico.
Una delegación de representantes sindicales fue recibida en el ministerio nacional en París, acompañada de la fuerte presión de la movilización afuera del ministerio. El gobierno anunció en esta reunión lanzar una evaluación y diagnóstico del sector antes de evaluar una respuesta. Una clásica estrategia de dilatación de los tiempos sabiendo que estamos a 15 días de las fiestas. Después de la gran jornada de huelga se están desarrollando asambleas en todo el país para evaluar la continuidad de la lucha hasta conquistar todas las reivindicaciones.