Francia: Elecciones municipales marcadas por una abstención récord

En una segunda vuelta con apenas un 40% de participación, la “ola verde” se quedó con las principales ciudades del país ante la mala elección de las listas de Macron. El candidato obrero del NPA Philippe Poutou ingresó al parlamento de Bordeaux.

Santiago Follet

La segunda vuelta de las elecciones municipales, inicialmente prevista para mediados de marzo, se desarrolló finalmente este domingo luego de haber sido reprogramada por la crisis del coronavirus. La abstención récord, el fracaso de las listas oficialistas, el éxito de “los verdes”, el triunfo del partido de Marine Le Pen en Perpignan y la entrada de Philippe Poutou al parlamento de Bordeaux entre los datos salientes de la jornada.

Una abstención récord en torno al 60%

Hace varios escrutinios que el partido principal en las elecciones francesas no es ni el PS ni los Republicanos, ni las formaciones de Macron o de Le Pen. La opción más elegida por los votantes del hexágono ha sido una vez más la abstención, pero esta vez llegando a unos récords históricos, en torno al 60%. Esto quiere decir que más de la mitad de los electores habilitados decidió hacer caso omiso de la cita electoral, mostrando su rechazo a participar de la votación.

El porcentaje de abstención fue tan alto que hasta Mélenchon utilizó los términos “huelga cívica” y “crisis cívica” para describir lo que había pasado. En efecto, la crisis de representatividad en Francia es un fenómeno que venimos observando hace tiempo, en donde los partidos tradicionales del régimen se encuentran deslegitimados y el panorama político presenta un escenario de la más variada fragmentación.

Con un porcentaje tan alto de abstención hasta la propia realización de estas elecciones se encuentra deslegitimada, cuya primera vuelta se realizó de forma totalmente irresponsable el 15 de marzo, en un contexto atípico en el día anterior al comienzo del confinamiento. La crisis del coronavirus y el enorme rechazo del gobierno de Macron y del conjunto de las instituciones son los motivos que permiten explicar unas cifras de no participación semejantes.

LREM: revés para Macron, legitimación para Edouard Philippe

Los franceses le han dado la espalda a las urnas y aquellos que sí han ido a votar tampoco han manifestado masivamente su apoyo al gobierno. Todo lo contrario, Macron que esperaba utilizar estas elecciones como punto de apoyo para la extensión territorial de su proyecto político, no ha conseguido obtener el triunfo en ninguna ciudad importante.

Esto se debe evidentemente a la mala gestión de la crisis del coronavirus que ha llevado a cabo el gobierno y al rechazo de las políticas de gobierno del presidente que dieron lugar a grandes movimientos sociales de protesta como los chalecos amarillos y la huelga contra la reforma jubilatoria. En las últimas semanas, enormes movilizaciones anti-racistas, de sin papeles y de los trabajadores y las trabajadoras de la salud han llenado las calles del país para enfrentarse al gobierno. Por su parte, la respuesta institucional ha sido represión y más represión, sin dar ninguna concesión ni diálogo con los sectores movilizados.

En este contexto, el magro resultado de 16% para Agnès Buzyn en París dejó la puerta abierta para una reelección de Anne Hidalgo (PS) con el 50% de los votos. La campaña parisina fue pésima, el candidato previsto inicialmente debió renunciar por la filtración de un video sexual y la propia Buzyn manifestó públicamente su descontento al haberse sentido obligada a dejar el ministerio de salud en el contexto del coronavirus para ir hacia una campaña perdedora.

Por su parte, la elección del actual primer ministro Édouard Philippe a la alcaldía de Havre con un 58% es la única buena noticia para el oficialismo que deberá resolver la continuidad o el relevo de su cargo como primer ministro. Las alianzas hacia la derecha con Los Republicanos no trajeron los éxitos esperados y las buenas elecciones de los verdes lograron arrebatarle varias alcaldías importantes a la derecha aliada de Macron.

Los verdes confirman su tendencia ascendente

Hay mucho para celebrar entre los partidarios del capitalismo verde agrupados bajo el sello “Europa Ecología Los Verdes”. Para la formación ecologista esta segunda vuelta de las municipales vino a confirmar los buenos resultados conseguidos en las europeas del año pasado. Los verdes se quedaron con ciudades importantes como Lyon, Marsella y Bordeaux (que estaban desde años a manos de la derecha tradicional), al tiempo que también consiguieron las alcaldías de Lille, Strasbourg, Annecy, Besançon, Poitiers y retuvieron Grenoble.

Nuevamente se confirma la tendencia ascendente de esta formación política que expresa un perfil centrista que ha logrado disputarle un espacio a Macron de forma exitosa. Los verdes se erigieron como la principal fuerza de la “unión de izquierdas”, o mejor dicho de “centroizquierdas”, que también incluyó en numerosas localidades el apoyo del Partido Socialista, del PCF y de La Francia Insumisa.

Mientras que el PS seguirá al frente de París y de Nantes, el PCF mantendrá algunos de sus bastiones históricos de la banlieue rouge parisina, como Montreuil e Ivry-sur-Seine, al tiempo que recuperó Bobigny, pero cedió su liderazgo histórico en Saint-Denis ante el PS, al no poder cerrar una alianza con LFI. Este tipo de alianzas o separaciones por localidad han marcado la tónica nacional de la jornada con diversas combinaciones fragmentarias, en las que los verdes han sido quienes mejor han podido desarrollar su extensión a lo largo del territorio.

Perpignan: el bastión de la extrema derecha

Para el Rassemblement National de Marine Le Pen, la llegada al poder en la ciudad de Perpignan, de 120.000 habitantes, representa un hito importante en la historia de la formación de extrema derecha. La victoria de Louis Aliot se impuso frente al alcalde saliente Jean-Marc Pujol de Los Republicanos, en una segunda vuelta electoral marcadamente reaccionaria entre la derecha y la extrema derecha.

Esta victoria del RN enciende las alertas sobre la amenaza que este partido representa sobre todo habiendo sido obtenida luego de que se han sucedido diversas movilizaciones de policías que reclaman literalmente por su derecho a reprimir. Le Pen se ha mostrado públicamente apoyando a estos sectores de la policía y esta elección de Perpignan representa la tendencia más reaccionaria que se opone a las enormes movilizaciones anti-racistas y contra las violencias policiales que se han dado últimamente en el país. Es el contrapunto de la relevancia que ha tomado la lucha de Assa Traoré, del colectivo Adama y de la rebelión anti-racista que recorre Estados Unidos y cuyo impacto se refleja también en Francia.

Sin embargo, la victoria simbólicamente fuerte del RN en Perpignan no se condice con una extensión territorial exitosa trasladable a otras regiones del país, ya que existe una distancia importante entre las figuras políticas nacionales y el anclaje territorial que sus partidos políticos han obtenido legitimar en las municipales. Ni Macron ni Le Pen -y menos aún Mélenchon-, principales animadores de la vida política nacional, han sido capaces de liderar fuerzas nacionales que pudieran imponerse en el conjunto del país más allá de la fragmentación y las particularidades de cada localidad.

Philippe Poutou ingresa al parlamento de Bordeaux

En este contexto, es de destacar el papel jugado por el portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista, Philippe Poutou, que se llevó el 10% de los votos en la ciudad de Bordeaux, lo que permitió su ingreso al parlamento local, junto con el de varios candidatos más de la lista “Bordeaux en Luttes”. Esta votación fue doblemente atípica por darse en una ciudad tradicionalmente gobernada por la derecha y porque soportó el peso del “voto útil” hacia los verdes, que terminaron triunfando en la elección para quedarse con esta municipalidad del sudoeste francés.

La campaña de Philippe Poutou se apoyó en la gran popularidad del obrero de Ford, que este año, luego de años de pelea de los obreros en defensa de sus puestos de trabajo, se quedó sin trabajo luego de que la fábrica de Ford Blanquefort decidiera cerrar sus puertas. Poutou es el ex candidato por el NPA a las presidenciales de 2012 y 2017 y es reconocido nacionalmente sobre todo gracias a su intervención en el debate presidencial 2017 en donde denunció fuertemente a Fillon y a Le Pen, en un ejemplo de intervención clasista de un candidato anticapitalista frente a los candidatos de la burguesía.

La lista “Bordeaux en luchas” se armó con el apoyo del NPA, del colectivo Bordeaux Debout y de la Francia Insumisa, junto a militantes sindicales, asociativos, anti-racistas y referentes de los chalecos amarillos y de la lucha contra la represión policial. La inclusión de una alianza con la Francia Insumisa ha generado debates al interior del NPA por el carácter reformista de esta organización de centro izquierda, que ha hecho alianzas de todo tipo a lo largo del país que no respetan la independencia de clase con partidos como los verdes y el PS. La conformación de “Bordeaux en Luttes”, sin embargo, ha sido un acuerdo de independencia de clase, con un programa anticapitalista, encabezado por el NPA y surgido de colectivos de lucha contra el gobierno de Macron, posición a la cual la FI adscribió.

El éxito de la elección ha permitido ingresar varios parlamentarios militantes, entre los que se destaca no solo Poutou, sino también Antoine Boudinet, un estudiante de 27 años que perdió una mano en una manifestación de los chalecos amarillos y representa a muchos compañeros reprimidos por salir a enfrentar en las calles al gobierno de Macron. Estos puestos conseguidos en el parlamento, que se suman a los obtenidos por el NPA en Lormont y Cenon, en las afueras de Bordeaux, deberán ponerse precisamente al servicio de ser la representación política para desarrollar la pelea en las calles contra el gobierno de Macron. El NPA debe aprovechar el envión de esta campaña para fortalecerse como alternativa política a nivel nacional que permita unir en un partido revolucionario con un programa anticapitalista las luchas sectoriales de los movimientos sociales existentes, como la salud, los “sin papeles” y el movimiento anti-racista contra las violencias policiales, junto a los trabajadores, las mujeres y la juventud.R