José Roberto Silva
Traducción del portugués por Luz Licht
Con la dimisión de Luiz Henrique Mandeta queda suspendida la falsa discusión palaciega ‘hambre o ciencia’ demagógicamente impulsada por Bolsonaro. A partir de ahora. las políticas del ministerio de salud se ajustarán al gusto del equipo económico.
Nelson Teich, médico oncólogo y PhD en Economía de la Salud por la universidad de York en Inglaterra, es hoy hombre del mercado, actuando en asesoría y consultoría de salud (inclusive fue consultor informal de la campaña de Bolsonaro) y miembro del cuerpo editorial del American Journal of Medical Quality.
A estas credenciales se suman el apoyo de la AMB-Asociación Médica Brasilera, a cuyo presidente el nuevo ministro está ligado. Esta asociación, es dirigida mayoritariamente por profesionales de la iniciativa privada, siendo la responsable de la formación de precios de los honorarios médicos y de los valores de los exámenes constantes de la CBHPM (Clasificación Brasilera Jerarquizada de Procedimientos Médicos) los cuales son adoptados por la ANS-Agencia Nacional de Salud Suplementaria, que es quien determina los precios a ser cobrados por los Planes de Salud, o sea, el zorro está cuidando el gallinero. El zorro neoliberal aprendió que no se debe comer a las gallinas, sino venderlas.
En su discurso de asunción Teich, reforzando el ahora firme alineamiento de las políticas del ministerio con la del presidente, apoyado por Bolsonaro en su presentación, dijo: “Trabajamos para que la sociedad vuelva lo más rápidamente a la vida normal” afirmando que “es muy dañino discutir salud o economía, no compiten entre sí, son complementarias…. Existen los determinantes sociales de la salud, la estabilidad económica, el desarrollo económico arrastran otras cosas. Hay más recursos para ayudar a la sociedad. Existe una cooperación en ese sentido”. [i]
Claramente, Nelson Teich viene a dos cosas. Primero para garantizar un calendario bolsonarista de levantamiento del aislamiento social con base en datos “científicos” y después a reventar al SUS (Sistema Único de Salud), con su instinto de darwinismo social, como en su afirmación de 2019: “Como vos tenes dinero limitado vos tenes que elegir. Vas a tener que definir donde invertir. Si yo tengo una persona anciana, que tiene una enfermedad crónica, avanzada. Y tiene una complicación. Para que mejore, voy a gastar prácticamente el mismo dinero que gasto para invertir en un adolescente que está con problemas. El dinero que voy a invertir. Es igual. Sólo que esa persona es un adolescente, que tiene una vida entera por delante. La otra es una persona anciana, que puede estar al final de la vida. ¿Cuál será la elegida?” [ii]
Pero, ¿qué cambia?
Mandeta es tan privatista como Teich, la diferencia está en la formación y la práctica. Aquel era un médico y parlamentario de carrera, este es igualmente un médico, pero, con una formación y carrera como gestor de la iniciativa privada.
El 27 de mayo del año pasado, el entonces ministro de salud, afirmó en el programa Roda Viva de TV Cultura: “¿Es justo o ecuánime para una persona que recibe 100 salarios mínimos tener una atención 100% gratuita en el SUS [Sistema Único de Salud]? ¿Quién va a tener un 100% de atención gratuita en el SUS? Yo creo que esa discusión es extremadamente importante para este Congreso. Yo voy a provocarlo, voy a mandar el mensaje, si, para que la gente discuta la equidad en ese punto hay que señalárselo” [iii]. Mandeta seguía las tesis de su padrino Ronaldo Caiado, gobernador de Goiás, simpatizante de Paulo Guedes, y se volvía el primer ministro de salud en querer “eliminar la desigualdad” cobrando por el tratamiento en el SUS. Y venía preparando el cercenamiento del servicio público para ser solamente un gerenciador de precios de los servicios prestados al trabajador. Pero, ahí sobrevino la pandemia.
Como médico y político, sucumbió a las presiones inherentes a la construcción interna del proprio SUS conjugadas al protagonismo que le fue dado por los gobernadores y presidentes de la Cámara Baja y el Senado, ambos de su partido, en la disputa evidentemente electoral para 2020 llevadas a cabo por Dória, Alcolumbre y Maia, contra Bolsonaro.
Nelson Teich, no es así. La única presión que puede sufrir, pero la conoce, es la de la oscilación de las bolsas de valores. No sólo sabe el papel que tiene que cumplir sino que, también, se dispone a eso.
La primera reunión interministerial después de la divulgación de la OMS sobre la pandemia, fue comandada por Guedes, acompañado de sus asesores directos, por el presidente del Banco Central y por Mandeta. Al final de la misma, interrogado por los periodistas, Guedes dijo que la salida para la crisis sanitaria estaba en aprobar cuanto antes las reformas fiscal y administrativa, como repitió la presidente del FMI, hablando sobre Brasil, en la presentación del Informe del organismo anteayer, 14/04. Nelson Teich, viene a garantizar que eso sea posible.
O sea, es más un burócrata consolidando las características del proyecto bonapartista del gobierno, asentado en una estructura militar/pequeño burguesa conservadora, autoritaria, belicista, con un ministro de economía ultra neoliberal de formación pinochetista.
Todas las incertidumbres nos exigen una sola certeza
Todos los análisis hechos sobre la pandemia y los destinos de la economía mundial están basados en la data de que esta pandemia comenzará a desaparecer, pero eso ha sido objeto sólo de apuestas. Nadie la conoce íntimamente: en 2018 fue llamada Virus X, por la OMS y el FMI, ahora con el nombre correcto, aún se muestra como un enemigo invisible difícil de ser dominada.
Por otro lado, un enemigo mayor acecha al capital. Como escribió Marcelo Yunes [iv] “continúa un proceso invisible e dañino que está minando la legitimidad de los gobiernos nacionales de todo el sistema, donde los efectos de la pandemia se tornan más graves y su ligazón con la desigualdad social es más perceptible.”
Como en todos los discursos en cadena nacional de Bolsonaro, también hoy en la presentación de Teich, se produjo otro cacerolazo. Hay una manifestación muda a través de las ventanas en los aislamientos sociales. A la distancia “en este exacto momento, existen centenas de millones procesando, con mayor o menor velocidad y profundidad, la desnudez poco común de un sistema de explotación de los seres humanos y de la naturaleza. No sabemos cuánto tiempo llevará sacar conclusiones. Pero ay de los gobiernos y porta-voces capitalistas que no tengan en cuenta ese verdadero “enemigo invisible”. [v]
La izquierda socialista, revolucionaria, no puede dormir en los brazos de la institucionalidad burguesa y esperar por el 2020. La única certeza que toda esa invisibilidad nos exige es la de levantar más alto la bandera del “Fuera Bolsonaro y Mourão y por elecciones generales”, con un programa anticapitalista, que aproveche cada brecha para poder volver a las calles, que estarán dadas gradualmente, unificando a todos los explotados y oprimidos, en una acción de ruptura con el predatorio sistema del capital, porque parafraseando a Yunes, “ay de quienes no tuvieran en cuenta ese “enemigo invisible”.
[i] https://veja.abril.com.br/politica/nelson-teich-diz-que-nao-vai-mudar-imediatamente-a-politica-de-quarentena/
[ii] https://blogdacidadania.com.br/2020/04/teich-queria-escolher-entre-tratar-idosos-e-jovens/
[iii] https://www.brasildefato.com.br/2019/05/29/ministro-da-saude-de-bolsonaro-e-o-primeiro-a-propor-cobranca-de-atendimentos-no-sus
[iv] https://izquierdaweb.com/hoy-recesió-y-despues/
[v] idem