Bolivia: Reportero argentino preso por el gobierno de facto

Facundo Molares había ido a Bolivia para cubrir los acontecimientos con su cámara. Mientras se encontraba internado por un problema de salud, fue detenido arbitrariamente por la policía con motivos inventados. Su salud se agrava y sus compañeros denuncian que su vida corre peligro. Escribe su compañero Leo Juárez contando los hechos.

La vida de Facundo Molares está en peligro, fotorreportero de la revista digital centenario detenido e incomunicado por los golpistas bolivianos desde el 15 de noviembre pasado.

En momentos en los que se hallaba en Bolivia realizando una labor periodística, Facundo Molares sufrió una descompensación producto de una afección renal, por lo que se vio obligado a solicitar asistencia médica primero, y luego, una vez constatado el grave cuadro que presentaba, hubo de ser internado en un hospital. Todo ello, en medio del caos desatado por el golpe contra el gobierno de Evo Morales. Una vez internado, las fuerzas represivas del gobierno de facto aprovecharon la situación para detenerlo acusándolo con falsedades, con el único y evidente fin de perseguir a opositores y periodistas no alineados con los golpistas.

Como miembro del equipo de la Revista Centenario, Facundo viajó a Bolivia para cubrir todo lo referido al proceso electoral. Allí, pudo constatar que dicho proceso se perfilaba complicado, con las fuerzas de la derecha desarrollando una sostenida campaña de violencia y amenazas. Durante el transcurso de esa campaña, Facundo fue recopilando información sobre encuestas, análisis políticos y notas periodísticas que ya daban una idea aproximada de la polarización del electorado.

Después del 25 de octubre, fecha en la que se llevaron a cabo las elecciones presidenciales, los hechos de violencia fueron incrementándose a modo de escalada. Como antesala del golpe que sobrevendría a los pocos días, fue que se produjeron los enfrentamientos en el puente de Montero, ciudad del norte de Santa Cruz, entre movimientos sociales y grupos paramilitares de la derecha santacruceña. Facundo Molares acudió hasta ese lugar con el fin de cubrir los hechos para la revista, intención que no pudo llevar a cabo ya que todo el material se extravió o quedó en manos de las fuerzas represivas.

Desde hacía algunos días, Facundo presentaba determinados síntomas que, en apariencia, no presuponían un cuadro grave. Sin embargo, se iban agudizando los signos de su enfermedad a tal punto que se vio obligado a realizar una consulta médica para determinar el origen de la afección. El diagnóstico dio como resultado una severa insuficiencia renal, por lo que su salud comenzó a deteriorase y hubo de ser internado con urgencia en el Hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra, quedando en terapia intensiva y en coma farmacológico.

Frente a la desesperante escena que se presentaba, con las calles controladas por las fuerzas de choque de la burguesía santacruceña y los medios de comunicación bloqueados, su padre, Hugo Molares, decide viajar junto a su pareja para hacerse presente con el fin de velar por la salud de su hijo y colaborar con su cuidado. Sin embargo, sólo llega a verlo por unos breves minutos. Facundo se encontraba internado como NN. En el momento en que Hugo Morales asistía a su hijo, un grupo policial se hace presente en el nosocomio para detenerlo a él y a su pareja y para poner bajo custodia a Facundo.

Hugo y su compañera son detenidos y conducidos a una comisaría de Montero, allí se los aísla y se los somete a todo tipo de maltratos. Al liberarlos después de 25 horas, les ordenan abandonar inmediatamente el país bajo la amenaza de ser masacrados.

Quieren que su pasado lo condene

Facundo es oriundo de la localidad de San Miguel de la provincia de Buenos Aires, desde su juventud fue un ser humano comprometido con las causas sociales y con la convicción política de un futuro digno e inclusivo. Bajo este compromiso decide ingresar a la militancia en la Federación Juvenil Comunista tomando responsabilidades en varios frentes estudiantiles, hasta que años más tarde toma la decisión de emprender un viaje por Sudamérica que lo lleva a establecerse en Colombia. Ahí comienza a tener contacto con la realidad local cuya situación social lo hace ingresar a la militancia dentro de las FARC, donde desarrolla su actividad de formador político durante varios años. Con la firma de la paz y la dejación de armas retorna a la Argentina, legalmente y sin ningún de deuda pendiente con la justica, donde vuelve a integrarse en las filas del Partido Comunista y al equipo de la Revista Centenario.

Es la historia de Facundo la que utiliza el gobierno de Añez para armar las denuncias en su contra, utilizando teorías conspirativas colmadas de relatos ficticios. Estas mentiras jurídicas responden a la necesidad de los golpistas de impedir el retorno de Evo Morales al gobierno, relacionando a Facundo con un supuesto grupo de choque del MAS para generar actos de violencia con el fin de provocar una sedición.

Todo el armado de la causa por la que tienen detenido a nuestro compañero no es más que un acto de persecución de la dictadura para someter al propio pueblo boliviano. El hecho de que el MAS haya sido desplazado del gobierno por fuerzas estatales y paraestatales, mientras se somete al pueblo a una violencia constante para impedir que en las próximas elecciones vuelva a triunfar la misma fuerza política que gobernaba el país antes del golpe, deja al desnudo la falsa acusación de sedición y de asociación ilícita que pretende atribuírsele a nuestro compañero.

Violación de los Derechos Humanos

Mientras Facundo lograba salir del coma inducido, el 29 de noviembre se le dicta la prisión preventiva sin traslado hasta que los médicos responsables de su situación le dieran el alta.

Desconociendo la orden del juez y toda convención sobre Derechos Humanos, el 2 de diciembre se hizo presente una patrulla con un certificado médico falso y con una orden de traslado a la penitenciaría de Palmasola. Casi sin ropas y sin calzado fue alojado sin el conocimiento del cónsul argentino, Roberto Dupuy, quien era el único que tenía acceso a Facundo durante su internación.

Al poco tiempo vuelve a ser trasladado al penal de máxima seguridad de Chonchocoro en la región de La Paz, sin ningún tipo de asistencia médica ni contacto con familiares o asistentes legales de parte.

Hasta el día de hoy Facundo se encuentra recluido sin los cuidados mínimos y sin ningún tipo de respeto por sus derechos, ni a ningún tipo de contacto con el mundo exterior.

Las noticias de última hora que nos llegan a través de un abogado que logró contactarlo en el penal son más que angustiantes: Facundo sufre de pérdida total de visión en un ojo y se agrava considerablemente su estado físico y mental por falta de atención médica. A ello se suma la amenaza de una recompensa para terminar con su vida dentro de la cárcel. Así de despiadado y perverso es el entramado jurídico legal que el gobierno de Añez y sus acólitos pretenden montar.

No está solo

Desde distintos países de todos los continentes han hecho llegar la solidaridad para nuestro compañero. En Argentina se ha conformado una Coordinadora de Solidaridad por la libertad de Facundo, integrada en su mayoría por partidos políticos y agrupaciones sociales del arco popular.

La Coordinadora viene llevando adelante múltiples tareas tanto en el ámbito institucional, como en el comunicacional. Se han presentado distintas denuncias a los organismos internacionales como la ONU. la CIDH y presentaciones en la Cancillería Argentina, así como denuncias en el fuero penal nacional contra quienes usurparon el gobierno de Bolivia.

PEDIMOS LA SOLIDARIDAD DE TODO EL PUEBLO ARGENTINO Y DE LOS PUEBLOS HERMANOS PARA LOGRAR LA PRESERVACIÓN DE LA VIDA DE FACUNDO Y SU REPATRIACIÓN A LA ARGENTINA.

¡EXIGIMOS AL GOBIERNO ARGENTINO Y A LA CANCILLERÍA ESPECIALMENTE, QUE CUMPLA CON SU FUNCIÓN Y SE EXPIDA POR LA PROTECCIÓN Y POR LIBERTAD DE FACUNDO!

NO VAMOS A CESAR EN LA LUCHA HASTA QUE VUELVA NUESTRO COMPAÑERO FACUNDO MOLARES.

Leo Juárez, director de la revista digital Centenario.