Bolivia: destituyen y detienen al ministro de Salud

El miércoles 20 el ministro de Salud de Bolivia, Marcelo Navajas, dejó su cargo y fue detenido, en medio de un escándalo por sobreprecios en la compra de respiradores artificiales que, para colmo, no sirven. Bolivia tiene 5.000 infectados por coronavirus y los hospitales de Beni y Santa Cruz están al borde del colapso.

Marcelo Narvaja, detenido

Nano Menyón

El miércoles 20 el ministro de Salud de Bolivia, Marcelo Navajas, fue destituido y detenido, en medio de un escándalo por sobreprecios en la compra de respiradores artificiales que no sirven. Hay, al menos, dos funcionarios más detenidos.

El 14 de mayo pasado, la dictadora de Bolivia, Jeanine Añez, anuncio con mucha fanfarria la compra de 170 respiradores a GPA Innova, una empresa española. Cada equipo costaría unos 27.000 dólares (elevándose a un total de 4,7 millones), irían a los hospitales del este del país (que ya empiezan a sufrir colapsos) y servirían para reforzar las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Todo esto se realizaría a través de un préstamo que otorgaría el Banco Interamericano de Desarrollo.

Pero inmediatamente empezaron las revelaciones: pocas horas después del anuncio, un grupo de médicos salió a decir que estos respiradores no eran para UCIs, sino que eran de emergencia, para uso en ambulancias y traslados críticos. El gobierno rápidamente salió a intentar enfriar el asunto, reconociendo que no era aptos para terapia intensiva pero que aún así salvarían muchas vidas. Del mismo modo, la empresa española ratificó el cuestionamiento de los médicos.

Pero días después se publicó otra noticia, un poquito más controvertida. En los diarios de Bolivia se difundió que el precio real de estos respiradores oscilaba entre 8.000 y 10.000 dólares, algo que luego terminó confirmando GPA Innova, aduciendo que se los vendió a otra empresa que actuó de intermediadora (IME Consulting) a 8.000 dólares cada uno, a los que debemos sumarles aproximadamente otros 1.000 por accesorios (U$s 9.000-10.000 en total c/u). Inmediatamente empezaron a patearse la pelota, saliendo a la luz nombres de más intermediarios, funcionarios bolivianos, del BID y representantes españoles, por lo que la compra resultó un escándalo a nivel nacional, que terminó con la renuncia-destitución del ministro de Salud, Marcelo Navajas, a poco más de un mes de asumir en el cargo. Unos días después terminó preso junto a otros funcionarios.

La compra fue homologada por los veedores del BID (hoy presos), y todos los intermediarios se lavan las manos[1]. La frutilla del postre la regala IME: como, tras el escándalo en la opinión pública, el gobierno boliviano dijo que suspendería la segunda parte del pago, la empresa intermediaria anunció que no entregaría el kit de accesorios que necesitan los respiradores para funcionar. No creo que haya mejor demostración de que a la burguesía le importa un rábano la vida humana cuando sus ganancias (con sobreprecios) peligran.

Si bien Bolivia no tiene un alto número de infectados por coronavirus (si nos referenciamos a la media mundial), la enfermedad ya causa problemas en el sistema sanitario del país. Los dos departamentos con mayor número de infectados, Santa Cruz y Beni, tienen problemas para atender a los enfermos, principalmente por la falta de trabajadores de la salud: en Beni, por ejemplo, mientras que cuenta con la mitad de los médicos y el 40% de los enfermeros habituales (por la tasa altísima de infectados), la cantidad de pacientes que ingresan al sistema de salud se triplicó[2].

El coronavirus amenaza con desatar un desastre sanitario en el país, y si los sectores populares, los trabajadores, las mujeres y los jóvenes no tomamos en nuestras manos el problema, la solución vendrá de estos personajes siniestros, que piensan en las ganancias de los empresarios antes que en nuestra salud.

 


[1] https://eldeber.com.bo/180392_respiradores-quien-es-quien-en-el-caso-del-presunto-sobreprecio-que-escandaliza-a-bolivia

[2]https://lapalabradelbeni.com.bo/trinidad/sedes-el-sector-salud-del-beni-se-esta-partiendo-el-lomo-con-50-menos-de-medicos-y-300-mas-de-pacientes/