Bolivia: calamidad sanitaria y humanitaria

En Bolivia, 420 cuerpos fueron levantados de la calle por la policía tras morir por la pandemia. La crisis sanitaria es ahora una calamidad, con las funerarias desbordadas de muertos.

Martin Camacho

Hace meses las imágenes llegaban desde Ecuador, hoy se vive en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz.

En parte se debe a un colapso del sistema funerario que no da abasto de tantos entierros por día. Pero lo que está por detrás de un panorama que lejos esta de solucionarse es la política genocida que tuvo el gobierno desde los primeros días que la pandemia entró en el país. La política de cuarentena sin subsidios a los miles de trabajadores informales, que viven al día de lo que se venden en las calles y mercados, no podía ser una política que coloque limites al covid-19.

Golpe de estado y coronavirus

Tras el golpe de estado perpetrado en noviembre del año pasado, el país se vio en una incertidumbre contante. Las elecciones fueron programadas para para el 3 de mayo, pero como la pandemia ya estaba instalada el gobierno de Añez las postergó al 6 de septiembre y ahora se espera un nuevo aplazamiento.

El golpismo sigue en el poder y entrega a la gente al hambre y la muerte. Los hospitales están casi todos colapsados y el que no lo está en pocos días va a colapsar. Desde que levantaron la cuarentena para los comercios, el índice de contagios subió exponencialmente.

Por eso muchos cruzan las fronteras ilegalmente para ser atendidos en Brasil, en hospitales de Curumba, Mato Groso do Sul ya reportaron casos de muertes de pacientes bolivianos.

Recordemos que unas de las primeras acciones de la presidenta golpista fue expulsar a más de 800 médicos cubanos, en clara sintonía con el gobierno de ultraderecha de Bolsonaro que hizo lo mismo. Hoy día Brasil padece mas de 1000 muertes por día por causa del coronavirus.

Contagios en aumento

Nada menos que 420 cadáveres fueron levantados por la policía en las calles, casas particulares o dentro de vehículos. Esta noticia choca por los niveles de barbarie a los que es entregada la población por estos gobiernos negacionistas, que en Bolivia propusieron solucionar la crisis de la enfermedad rezando aves Marías.

Cochabamba es la que más casos presentó con 191 seguido por La Paz que registró 141. Estas ciudades tienen un alto grado de colapso en los hospitales.

El número de muertes comparado con países limítrofes no es tan alto, pero sigue en constante acenso: ya suman 2273 casos y más de 62 mil infectados. La mayoría se concentra en Santa Cruz con mas de 30 mil casos. De acuerdo con los cálculos que estipulan desde el Ministerio de Salud, los contagios sólo podrán disminuir a partir de septiembre. Los supuestos cálculos hechos por expertos vienen fallando desde que aparecieron los primeros casos en China.

Un paralelo con el país oriental

En China al parecer el virus a comenzó a diseminarse ampliamente en un mercado central de Wuhan, no era de extrañar que en Bolivia suceda algo similar. Después que la cuarentena fue abierta por el gobierno los casos positivos comenzaron en los mercados. Hoy ya suman 80 muertos entre quienes tienen puestos en estos lugares. Tanto en Beni, Santa Cruz y La Paz se registraron fallecimientos de vendedores. Otros con síntomas o sin ellos tienen que seguir trabajando porque el gobierno no da los mínimos subsidios y encima les echa la culpa de contagio.

Desde el 1 de junio mas de 40 mil vendedores ambulantes han vuelto a sus trabajos, con restricción de los fines de semana. “Tres mujeres y un hombre murieron en las últimas tres semanas. Da miedo salir a vender, ¿pero ¿qué podemos hacer? Tenemos que salir a ganar el pan de cada día” decía un comerciante de Villa Fátima… Del otro lado de la ciudad: “No sé en qué momento me contagié. Tenía la mascarilla, pero no los guantes y no me lavé las manos en su momento”, contó una mujer. Agregó que la Alcaldía, al principio de la cuarentena, instaló los lavamanos, pero después éstos dejaron de funcionar y ya no hay dónde lavarse. (La Razón 23/07)

Algunos mercados han sido cerrados por 15 días cuando se identificaron casos positivos. El estado municipal ha dejado de lado cualquier control para prevenir la propagación del virus. El mercado Yungas dejó de funcionar recién después de darse a conocer el fallecimiento de uno de sus trabajadores. Lo que evidencia que nunca tuvieron control alguno de estos lugares de mucho tránsito y aglomeración de personas.