Martine Luxemburgo y Santiago Damiani
Disgustado con las clases de boxeo en las que lo hace participar su padre, Billy descubre su pasión por el ballet. Aunque en un principio duda de qué tan “masculino” sea, afectado por la visión patriarcal de la sociedad. Sin embargo, esto no es bien visto por su padre, minero en huelga, que le preocupa que su hijo no se adapte a lo que él considera un deporte “de hombres” como el fútbol, el boxeo o la lucha. Éste le prohíbe seguir bailando, a pesar de las insistencias del niño y de su abuela, quien soñaba con ser bailarina profesional en su juventud.
A escondidas y con el apoyo incondicional de su profesora, lidiando con la frustración y enojo con su padre, que Billy proyecta en las clases, se presenta la oportunidad de audicionar para la prestigiosa academia Royal Ballet School, en Londres. Sin embargo, no podrá asistir debido a una feroz represión de la policía contra los obreros en huelga, que desencadena en la golpiza y detención de su hermano mayor.
En paralelo, Billy se entera de la homosexualidad de su amigo Michael, a quien comprende, respeta y apoya en el descubrimiento de su propia identidad, enseñándole a bailar. A pesar de las dificultades, Billy enfrenta a su padre dando una brillante demostración de su talento, quien parece comprender el significado para su hijo. Acorralado frente a la falta de ingresos, Jackie se ve tentado a oficiar de rompehuelgas con tal de poder acompañar el deseo de Billy. Este hecho dará lugar a la comprensión del entorno del niño, por lo que su familia, junto al resto del barrio, se solidariza con Billy y logran juntar el dinero que necesita.
De este modo, enfrentando los innumerables obstáculos que se le presentan, Billy logra llevar adelante su lucha por bailar Ballet, pese a la mirada discriminatoria de su familia y el pueblo, dando lugar a la reflexión y deconstrucción de los prejuicios de muchxs, siendo finalmente aceptado y apoyado por su familia y gran parte de la comunidad.
Con certeza, se puede afirmar que el aspecto central que vehiculiza el argumento de la cinta está vinculado a la concepción respecto de las infancias y la libertad de les niñes. A través del personaje principal, puede observarse cómo, a diario, se ve atravesado por la tensión entre seguir sus deseos más profundos o el mandato social-familiar que le imparte su padre, incluso por medio de la violencia. Evidenciando así, la imposición de los roles y estereotipos de género tradicionales presentes en todos los ámbitos donde se desarrolla la vida. Lo cual nos demuestra que las categorías sociales dominantes sobre qué es ser varón o mujer, hoy limitan, coartan y afectan la construcción y el desarrollo de la identidad de les niñes.
De aquí se desprende la importancia del rol que cumple en la sociedad tanto la Educación como la Familia. Por un lado, cabe señalar que la familia en tanto institución fue diseñada estratégicamente con el fin de ser funcional al modelo de producción capitalista, a la vez que garantiza y consolida las relaciones sociales capitalistas. La misma se caracteriza por ser nuclear, (dentro del binarismo y la heteronorma); patriarcal, ya que a los hombres se le asigna el rol de jefe y a las mujeres el de cuidadoras; y adultocéntrica, entendiendo que se establecen vínculos asimétricos, donde les niñes suelen ser educades por medio del autoritarismo, sin lugar a la expresión y la participación. Lo que conlleva al sufrimiento de miles de niñes y, en muchos casos, a la imposición de que muchas niñas sean madres.
El film muestra claramente éstos parámetros al interior de la familia y refleja cómo les niñes son conscientes y comprenden mucho más de lo que se cree, siendo capaces de reflexionar sobre el comportamiento de los adultos. Por otro lado, la educación también se ve atravesada por esta lógica, situándose de este modo como una pieza fundamental en la reproducción de los ideales propios de la burguesía y el patriarcado. Demostrando que no son les niñes quienes “nacen” con prejuicios y categorías cerradas, sino que son los adultos quienes las imponen.
Esta cinta británica del año 2000, dirigida por Stephen Daldry, se ha convertido en un clásico para los fanáticos y un favorito instantáneo, tanto para la crítica como para el público. Fue proyectada en el Festival de Cannes y recibió nominaciones en los Premios Oscar a Mejor Director, Mejor Guión Original y Mejor Actriz de Reparto. En 2005, el propio director la adaptó como un musical, estrenado en Broadway.
Si bien la temática principal de la película es la historia de Billy, el director no escapa a la mención de la huelga encarnada por los mineros de Inglaterra en ese periodo. A través de distintas escenas Stephen Daldry logra retratar el contexto social, político y económico de aquel entonces, y consigo la irrupción del conflicto obrero en el pueblo, donde la mayoría de las familias se sostenían medio del trabajo de las minas, incluyendo a la familia del protagonista. De esta manera, la cinta permite vislumbrar la lucha y organización de los trabajadores, a la vez que refleja la lucha que encarna Billy por construir su identidad como un sujeto de derechos, con voluntad y deseos propios, lejos de la imposición de los mandatos familiares y estereotipos de género. En síntesis, por medio de significativos actos que componen y hacen a la belleza de esta obra, puede verse representada la persistencia, la tenacidad, el desamparo, la frustración, el encierro y la desesperación, destacando también la importancia de la solidaridad y la acción colectiva en la búsqueda por la liberación.