Alberto Fernández parece responsabilizar a la población. La cuarentena efectivamente se diluyó, pero la culpa del aumento en los contagios no la tienen las y los trabajadores, sino el gobierno que cedió a todas las presiones de los empresarios.
Para colmo el acuerdo para pagar la deuda externa ha dejado al país sin verdaderos recursos para evitar el descalabro educativo y sanitario. El gobierno no tiene ningún plan real para que no haya exclusión en la educación.
Al mismo tiempo, a las y los trabajadores de la salud se les agradece pero no se les brinda ninguna asistencia real ni ningún aumento salarial sustancial. Tampoco se aumenta drásticamente el presupuesto en salud.
Mientras tanto crecen los reclamos salariales y sanitarios desde abajo, aún a pesar de que las direcciones sindicales tradicionales de la CGT y CTA se han borrado. Y esto incluso cuando Fernández ya comienza las negociaciones con el FMI que ya todos sabemos en dónde terminan.
El contagio crece y, por lo tanto, también el peligro de desborde sanitario. Frente a esto no se toma ninguna medida salvo apelar a la responsabilidad individual como si tener la economía abierta para beneficio de los empresarios no exponga la salud de las y los trabajadores.
Es necesario poner en pie comisiones de higiene y seguridad en todos los lugares de trabajo. Es clave que retomemos las calles con los reclamos de las y los abajo, respetando el distanciamiento social y todos los cuidados, porque sino los empresarios nos van a pasar por arriba.
