Argentina: Capitulación administrada

Mientras el gobierno intenta cerrar el capitulo de la deuda con los bonistas, hay otro que ocupa la atención de toda la sociedad: el aumento diario de contagios por Covid-19 y el récord de muertes. Al día de hoy (miércoles 8/7) son 3604 los contagios reportados y días atrás se registraron 72 muertes en un día.

Juan Cañumil

La propuesta implica una concesión de 15mil millones de dólares por encima de la primera oferta realizada por Guzmán hace solo unos meses, y condiciones de pago a la medida de los bonistas. La misma recogió el elogio y entusiasmo de todo el establishment político y empresarial del país y también del FMI, dando cuenta que cuando se trata de entregar los recursos del país a los capitalistas financieros internacionales, lo que prima es la unidad entre los de arriba.

En temas como la deuda, la grieta se cierra inmediatamente. Desde Domingo Cavallo, Luis Caputo (el ex ministro de Finanzas de Macri y uno de los artífices de la deuda contraída con el FMI bajo el gobierno anterior) pasando por Alfonso Prat Gay y toda la lacra macrista, incluidos todos los medios de comunicación (de La Nación hasta Pagina 12) han salido a bancar este acto de servilismo congénito de la burguesía nacional y su personal político ante el imperialismo y sus corporaciones económicas.

La propuesta que se dio a conocer parcialmente a comienzos de la semana es un nuevo intento de reestructurar la deuda contraída sólo con bonistas. ¡Cuidado que la deuda con el FMI es un capítulo que aún no arrancó todavía! Estamos hablando de bonos de deuda que vienen tanto del gobierno kirchnerista emitidos entre el 2005 y el 2010, como de los bonos del gobierno de Macri por los cuales debía pagarse intereses a comienzos de año.

La suma de vencimientos de deuda para este año, tanto con bonistas como con el FMI, en el marco de la recesión que se arrastra desde el gobierno neoliberal de Cambiemos -ahora aumentada sustancialmente por la pandemia-, obligó al gobierno de Fernández a incumplir, muy a su pesar, con el pago en tiempo y forma de los intereses de los bonos. Todos recordarán la frase para la tribuna de Alberto Fernándezdonde vociferaba que “no vamos a pagar a costa del hambre de la gente”. Evidentemente, otra de las tantas frases para hacer política social-liberal: distraer con el discurso y hacer concesiones a los capitalistas. En medio de la pandemia, con una situación sanitaria realmente crítica y con récord de aumentos de contagios y muertes diarias, y una situación de crisis económica que requeriría tomar la decisión soberana de dejar de pagar la deuda, el gobierno elige satisfacer a las corporaciones, grupos financieros y bancos tenedores de bonos. En todo caso, aquella frase se trató de otra bravuconada que se suma al “impuesto a las grandes fortunas” y la “expropiación” de Vicentin, propuestas que no fueron más allá de los titulares de los diarios, y de los cuales fueron desapareciendo progresivamente.

Según los datos que se conocen hasta el momento, el gobierno se arrastró desde la primera propuesta que preveía una quita del 62% de intereses, una quita de capital de 5,4% y un periodo de 3 años para comenzar a pagar, a una última propuesta (y definitiva dicen…habrá que ver si no siguen cediendo) que supone una quita del 52% de intereses,una ínfima quita de capital del 1,9%, y a pagar a partir del año que viene. Aclaremos que los capitalistas que se dedican a las finanzas conocen a la perfección que los países atrasados como es el caso de Argentina, pueden eventualmente incumplir y reestructurar pagos de deuda. Todo lo cual es compensado por intereses altísimos como los que paga Argentina y que dan lugar a negocios multimillonarios que no tienen comparación con bonos emitidos por países imperialistas que suelen pagar un 1% de intereses, cuando no 0%.

La alegría que ha causado la propuesta del gobierno entre algunos de los fondos acreedores (Gramercy, Fintech, Greylock y Oaktreede) que ya han afirmado que aceptarán la propuesta, deja claro el enorme negocio que significa la propuesta de Guzmán. Si otros fondos -los mayoritarios y que son claves para poder cerrar un acuerdo como Black Rock, Ashmore y Fidelity-, siguen exigiendo mejoras, es porque creen que el gobierno aún puede ceder más e incrementar, lasya de por sí, enormes concesiones. Si en tres ofertas concedió 15 mil millones de dólares ¿por qué no apostar a sacarle alguna tajada más? Es que la lógica del capitalismo, y en particular de los capitalistas financieros, parásitos que no generan nada productivo y que acumulan ganancias con el cobro de intereses depréstamos de capital, es insaciable. Exprimen hasta la última gota a los países deudores, y si para eso tiene que reventar, que reviente. A su satisfacción está entregado de cuerpo y alma el gobierno de Fernández.

Por su parte el FMI, como comentamos líneas atrás, ha salido a respaldar al gobierno en esta nueva entregada. Como advierte un conocido editorialista de La Nación, no sin pedirle al gobierno que no se pase de rosca, no vaya a ser cosa que por mejorar una y otra vez el pago a los bonistas, se quede sin resto para pagar los vencimientos de deuda que tiene con el organismo dirigido por KristalinaGeorgieva: “al ceder 15 mil millones de dólares en la negociación la Argentina se puso fuera de lo que el FMI decía que era el margen de sustentabilidad para la deuda(…) Esto preocupa al Fondo porque, además de ser árbitro, también es acreedor. En el Fondo se preguntan de dónde van a salir esos 5 mil millones restantes. Posiblemente Guzmán se diga a sí mismo: ‘De ustedes’. Ustedes van a tener que desembolsar 5 mil millones de dólares más de aquellos que se habían desembolsado con Macri.” (Carlos Pagni, La Nación, 7 de julio).

La única forma de terminar con la rueda infinita de sometimiento a los organismos imperialistas de crédito y los especuladores financieros es declarar el no pago soberano de la deuda. Una decisión que empieza por rechazar continuar haciéndole “la América” a estos parásitos y poner todos los recursos económicos al servicio del sistema de salud y de sus trabajadores para afrontar al pandemia, priorizando la educación, y desarrollando la industria del país. A la vez que se establece un control sobre las divisas que genera el país en el intercambio con el mundo mediante la nacionalización de la banca y del comercio exterior, todo bajo un férreo control de la única clase que no es cipaya en este país: la clase trabajadora.

Récord de contagios y muertes por coronavirus 

Mientras el gobierno intenta cerrar el capitulo de la deuda con los bonistas, hay otro que ocupa la atención de toda la sociedad: el aumento diario de contagios por Covid-19 y el récord de muertes. Al día de hoy (miércoles 8/7) son 3604 los contagios reportados y días atrás se registraron 72 muertes en un día.

Junto con esto, a nadie le pasó desapercibido el contagio del neofascista Bolsonaro, un provocador sin igual, que apareció ante las cámaras sonriendo y comparando el virus con “una lluvia que en algún momento te va a alcanzar”. El contagio en Brasil ha superado el millón y medio y se ha cobrado la vida de 67 mil brasileños. Cifras de las más catastróficas del mundo y que podrían eventualmente cobrarse la vida del mandatario, fantasía que sobrevuela en la cabeza de millones en el mundo.

Las medidas para la restricción de la circulación finalmente fueron más que limitadas: prácticamente todos los trabajadores y trabajadoras están obligadas a ir a trabajar a riesgo de contagiarse con la finalidad de seguir aumentando las ganancias de los empresarios. Una nueva capitulación en cuotas,que pasó del mensaje de Fernández en que alentaba a la gente a quedarse en su casa y no “salir a buscar el virus”, a obligar a los trabajadores a afrontar el riesgo en favor de los intereses de la burguesía.

Como editorializamos la semana pasada, el anuncio de la continuidad del trabajo en toda la industria prácticamente sin excepción cayo pésimo en los lugares de trabajo donde se esperaba la vuelta a la fase uno de la cuarentena. Un cachetazo contra las expectativas de los trabajadores que simpatizan mayoritariamente con el gobierno, pero han sido decepcionados en este caso de manera directa. El miedo a contagiarse y contagiar a la familia es un sentimiento común entre la masa de trabajadores, mientras se cuentan de a 5, 6 y hasta decenas los contagios en muchas fábricas. Hace días el contagio masivo entre trabajadores seguido de la muerte de uno de ellos obligó al cierre de la fábrica Alijor, en Escobar.

Junto con esto,el riesgo de ir a una saturación del sistema sanitario es cada vez menos abstracto. Son muchos los hospitales que empiezan a ser de hecho focos de contagios, lo cual acrecienta un problema que suma a la posibilidad de saturación: el contagio cada vez más elevado entre trabajadores de la salud amenaza con hacer escasear el personal para atender a los infectados. Junto con esto, algunos distritos como Tigre (GBA) tienen una ocupación de camas cercanas al 80% (según el intendente Zamora, uno de los que más peleó para que las fábricas sigan abiertas y funcionando en la localidad); o casos como el de Morón, donde el Hospital Güemes llegan al 90% de ocupación de camas de terapia intensiva. Números que lejos de ser excepcionales, se repiten en hospitales de Martínez, Quilmes o La Matanza.

En CABA también se registra un aumento de contagios entre el personal médico, a la vez que el contagio masivo en geriátricos agrava la situación de ocupación de camas de terapia intensiva. Cada brote en un geriátrico implica un aumento directo en la ocupación de camas, a la vez que desnuda el criterio repugnantemente capitalista de estas instituciones que lejos de estar al servicio del cuidado de los adultos mayores obligando a los más estrictos protocolos para evitar contagios, no son más que depósitos de ancianos al servicio de las ganancias privadas.

De seguir incrementándose el número de contagios podríamos acercarnos finalmente a una situación que ponga en crisis el sistema sanitario en el AMBA, una consecuencia directa de la concesión de Fernández a los caprichos de la derecha y los empresarios. La próxima semana el gobierno nacional deberá tomar una nueva decisión con los números en la mano, mientras continúa la presión empresarial y de la derecha por flexibilizar aún más la cuarentena.

Los frentes abiertos del gobierno entre la deuda, la situación sanitaria y la crisis económica que sufren los trabajadores podrían dar lugar a una crisis de envergadura de la que es incierto si el gobierno podrá evitar.

Ser tribunos populares y organizadores de la solidaridad 

En momentos en que la pandemia golpea cada vez más fuerte, el gobierno cede a los empresarios y la podrida burocracia sindical garantiza los intereses de las patronales, un sector de la izquierda desalienta las acciones solidarias entre los trabajadores. Una ubicación reaccionaria de organizaciones que no movieron un dedo a lo largo de más de cien días, hicieron lo imposible para mantener cerrados los sindicatos independientes, y de las que nadie espera que hagan algo en momentos donde la situación recrudece.

El clima reaccionario que imprime la pandemia con la retracción de la sociedad a los foros privados y la vida individualizada,ha golpeado fuerte en partidos que componen el FITU, que se autoproclaman revolucionarios pero que se niegan a impulsar siquiera caravanas en autos como forma de visibilizar el descontento que crece entre los trabajadores.

Por nuestra parte, hemos asumido desde el día uno el desafío también de impulsar y organizar la solidaridad activa. Y a través del contacto real (y no sólo virtual) con la primera línea de trabajadores que ponen el cuerpo en medio de la pandemia hemos podido recoger las problemáticas que sufren las trabajadoras y trabajadores en cientos de lugares. Por esto, asumimos el desafío de ser también tribunos populares, denunciando la situación que aqueja a los trabajadores, a la juventud precarizada, a las mujeres y cada situación de explotación y de opresión que se vive. En este marco, el agradecimiento de los trabajadores activistas de Hospital Ramos Mejía (CABA) es una de las tantas manifestaciones de compromiso y de respeto por nuestro partido que hemos recibido. El Nuevo MAS se califica por que hace en la vida real, y no sólo en las redes.

Estas próximas semanas serán difíciles, ante a la escalada de contagios se deben tomar las mayores precauciones por lo que se debe aumentar todas las medidas de seguridad y evitar por todos los medios exposiciones innecesarias al contagio. Toda acción solidaria que se realice debe ser llevada adelante con la mayor conciencia y cuidado, a la vez que continuamos ganando terreno en las actividades virtuales para la difusión de la solidaridad, la denuncia de las injusticias a las que son sometidos miles de trabajadores y la formación política de la militancia.