Martine Luxemburgo y Santiago Damiani
Escrita y dirigida por la premiada guionista, productora y directora estadounidense Eliza Hittman, Never Rarely Sometimes Always se estrenó internacionalmente en el año 2020. El film se sitúa en un pueblo de Pennsylvania, Estados Unidos, donde Autumn, una adolescente de 17 años vive junto a su familia.
El hecho crucial de la historia comienza a raíz de qué Autumn cree estar embarazada, por lo que asiste a una clínica local para realizarse una prueba. Allí es atendida por una médica que, luego de que diera positivo la prueba de embarazo, intenta persuadirla, por medio de folletos de adopción y atemorizarla con vídeos en contra del aborto. A partir de allí, la vida de esta adolescente se ve atravesada por distintos temores y tensiones: tener que transitar por un embarazo no deseado en soledad sin poder acudir a sus padres y, la principal de ellas, no poder realizarse un aborto en su pueblo. Si bien en el Estado de Pennsylvania es legal esta práctica, al ser menor de edad debe hacerlo en acompañamiento de un adulto. En complicidad de su prima, con quien trabaja en un supermercado como cajera, ambas viajan a Nueva York en busca de la posibilidad de decidir sobre su propio cuerpo.
A lo largo del film se refleja distintos tipos de violencia a la que se ven sometidas las adolescentes, entre ellas el acoso laboral por parte del encargado del supermercado que sufren a diario, los maltratos y comentarios que Autumn recibe por parte de su padrastro y el aprovechamiento de un joven que conocen en el ómnibus durante el viaje, al cual deben acudir ante la falta de dinero. Sin embargo, el aspecto central que aborda la cinta es una temática aún controversial y tabú en muchas sociedades, como lo es la interrupción legal del embarazo. De allí se desprenden las distintas circunstancias a las que se ve obligada a enfrentar la protagonista (como la intromisión de la médica local y los grupos religiosos que irrumpen en las clínicas donde se realizan abortos), incluso en un país donde, en determinados estados, el derecho al aborto es legal.
Otro aspecto que puede observarse es la importancia del vínculo que comienza a forjar Autumn con Skylar, quien se convierte en un sostén fundamental durante el transcurso del proceso. Pese a la ausencia del acompañamiento de sus padres, la joven se encuentra acompañada por su prima en una ciudad desconocida y sin el sustento económico necesario para mantenerse durante su estadía en Nueva York. Aquí es interesante señalar cómo los vínculos con pares son indispensables para poder sobrellevar esta situación de opresión que viven muchísimas mujeres. Hoy podemos ver cómo el contexto de encierro, producto de la pandemia, ha contribuido no sólo al aumento de la violencia en los hogares, sino que fragmenta los vínculos sociales en los que se apoyan las mujeres para pedir ayuda, denunciar o alejarse de sus abusadores. La ruptura de los vínculos afectivos y cotidianos es uno de los bastiones fundamentales de la violencia.
El film presenta una estética y estilo de filmación minimalista, neorrealista y cargado de emoción. Con pocos diálogos y una narrativa visual, usa el silencio y los escenarios cambiantes como herramienta para mostrar la soledad de las protagonistas ante un mundo manejado por los hombres. Fue aclamada por las interpretaciones de las actrices noveles y por la veracidad y sensibilidad con la que aborda el tema, sin marcar una posición panfletaria y limitándose a documentar las vivencias que tantas mujeres sufren en todo el mundo. Tuvo gran repercusión en las redes sociales, donde miles de mujeres se vieron identificadas y conmovidas, mostrando la importancia de este tipo de cine ante los avances de Trump contra los derechos reproductivos en Estados Unidos. La cinta se estrenó en el Festival de Sundance y el Festival de Berlín, llevándose el premio del jurado en ambos.
La cuarentena y el aislamiento social no pone un paréntesis a la violencia hacia las mujeres, diversidades y niñes sino que la recrudece, limitando aún más la posibilidad de acceder a la práctica del aborto, ya que el acceso al sistema de salud se ve restringido. Según los números del Ministerio de Salud de la Nación [Argentina], los llamados a la Línea de Salud Sexual para acceder a una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) pasaron de 5 a 11 consultas diarias, a 70 cada 24 horas. Por lo que la demanda telefónica para ser acompañadx en el acceso a un aborto legal creció 536 por ciento desde marzo. Ello refleja que lejos de ser el hogar y la familia un lugar de contención, para muchas mujeres, diversidades y niñes se transforma en el lugar más peligroso. Así lo muestran los datos brindados por el Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven: en los primeros seis meses del año se cometieron 162 femicidios en el país, uno cada 27 horas. En el 70 % de los casos, el hecho ocurrió en la vivienda de la víctima y el victimario fue en el 69 % de los asesinatos la pareja o expareja. Y los llamados a la línea 144 aumentaron en un 48% respecto del año pasado.
A pesar de que el movimiento feminista logró instalar en la sociedad y en la agenda de los distintos gobiernos la problemática entorno al derecho al aborto legal en distintas partes del mundo, donde comienza a conquistarse dicho derecho y avanzar en este sentido, aún en nuestro país el gobierno de Alberto Fernández no tomó medidas para modificar la realidad de miles de mujeres, diversidades y niñes. Y mucho menos ha legalizado el aborto como lo prometió en reiteradas oportunidades. Hoy es esencial la legalización del aborto en todo el país y el acceso libre y gratuito para evitar la continuidad de la violencia a la que se ven sometidas las mujeres, niñas y personas gestantes cuando deciden no continuar con embarazos y salen de sus casas en busca de esta práctica. No hay autonomía cuando la mitad de la población no puede disponer libremente de decidir sobre su propio cuerpo.