Santiago Follet
La desaparición seguida de muerte del joven Steve Maia Caniço ha puesto de relieve los perversos mecanismos de la violencia policial que es amparada impunemente por la complicidad del aparato político del Estado francés. El día viernes 21 de junio, Steve fue víctima del ataque de la policía de la ciudad de Nantes mientras participaba junto a sus amigos del evento nacional de la Fiesta de la música. Como diversas fuentes confirman, la policía atacó brutalmente al grupo de jóvenes que se encontraban en el borde del río Loira, luego de entonar una canción antifascista.
Como consecuencia de la violencia policial, alrededor de catorce jóvenes cayeron al río, entre los que se encontraba Steve Caniço, que desapareció desde ese momento. Finalmente, este lunes su cuerpo fue encontrado muerto por vecinos de la zona a pocos metros del lugar del hecho.
Una vez confirmada la identidad del cadáver, el primer ministro Edouard Philippe realizó la siguiente declaración pública junto al cuestionado ministro del interior Castaner: “no se puede establecer el vínculo entre la intervención de las fuerzas de la policía y la desaparición de Steve Maia Caniço”. De esta manera, el poder político salió a cubrir a los asesinos de Steve, apoyándose en el informe de la dirección de la Policía Nacional, aquellos que ni siquiera fueron capaces de encontrar el cuerpo a escasos metros de donde había desaparecido.
Está claro que este mentiroso informe contrasta con los numerosos testimonios que vinculan directamente a la policía en la responsabilidad del asesinato de Steve. A su vez, ni la policía ni las autoridades hicieron ningún esfuerzo por esclarecer la verdad del caso y si ahora comienza a surgir como un asunto de interés público esto se debe a la campaña de movilización llevada a cabo en las últimas semanas por la familia de la víctima, rodeada de la solidaridad de las organizaciones y los manifestantes que los han acompañado.
Por su parte, el gobierno se encuentra cerrado en desligarse de toda responsabilidad y en apoyar al ministro del interior Castaner que es el responsable de las fuerzas policiales a nivel nacional. En todo momento Philippe se mostró al lado del ministro del interior en cada declaración pública, dando el claro mensaje de que la bajada de línea del gobierno de Macron es ratificar el accionar de Castaner a pesar de los escandalosos hechos ocurridos.
Decimos esto porque la muerte de Steve se enmarca en el contexto de lo que ha sido un año marcado por una represión policial brutal y descontrolada, en donde el conjunto de las fuerzas policiales han actuando con total impunidad reprimiendo las permanentes manifestaciones sociales desarrolladas contra la política económica del gobierno de Macron. Castaner ha sido el responsable principal de reprimir salvajemente a los chalecos amarillos, en donde decenas de casos de heridos, detenidos y hasta de muertos durante su gestión continúan sin ser esclarecidos. La policía ha actuado y continúa actuando con total impunidad y libertad para reprimir a su antojo, sin que tenga ninguna consecuencia por su accionar.
Por ese motivo, no confiamos en las declaraciones de este gobierno de represores, que encubre a los responsables del asesinato de Steve y solamente confiamos en la movilización popular como método para derrotar esta política de ataque permanente a los trabajadores, inmigrantes y a las clases populares.
En Francia ya no importa si uno hace una manifestación declarada o no declarada, como intentaba justificar el gobierno meses atrás, porque la represión está alcanzando límites absolutamente intolerables excediendo hasta los propios marcos de la democracia burguesa. El gobierno de Macron reprime a los chalecos amarillos, a los chalecos negros e incluso ha reprimido en las últimas semanas hasta a los argelinos que festejaban tranquilamente un título deportivo.
El asesinato de Steve es un ataque que no podemos permitir bajo ningún punto de vista. El Estado es responsable y debe establecerse la verdad de los hechos, castigando a los culpables de esta muerte. Y para ello es necesario continuar impulsando la movilización en las calles, siguiendo el ejemplo del colectivo Adama, que sigue en las calles pidiendo justicia a tres años de aquel caso de gatillo fácil.
El asesinato de Steve es un ataque a la juventud y una muestra más de la barbarie de una policía que piensa que puede hacer lo que quiere de forma totalmente impune. Por eso exigimos la renuncia del ministro del interior Castaner, el principal responsable de una brutalidad policial que a estas alturas ya es intolerable.