Pato A
En un movimiento sin precedentes, el barril de crudo West Texas Intermediate sufrió una pérdida de valor del 300%, llegando a cotizar -37 dólares en la bolsa de futuros estadounidense ante el pánico de inversores por la falta de capacidad de stock en el país del Norte. El Brent europeo, precio de referencia para Argentina, retrocedió sólo un 7%, cerrando a unos 26 dólares el barril, que pone en duda la viabilidad empresaria de Vaca Muerta.
Se trata de los contratos de futuros para el mes de Mayo -similar a una compra por adelantado- que cierran mañana en la bolsa estadounidense. Ante la preocupación por la escasa capacidad de almacenamiento disponible en la zona continental de los Estados Unidos, estos contratos se comenzaron a vender agresivamente, con tenedores llegando a pagar para deshacerse del crudo que, proyectan, no podrán almacenar y perderá valor.
Crónica de un crack anunciado
El parate al comercio mundial que supuso la cuarentena generalizada en casi todo el mundo tiene grandes consecuencias en un sistema donde la planificación se fue relegando cada vez más en pos de la ganancia inmediata.
Al haber menos viajes internacionales, menos tráfico de camiones, producción industrial y uso de autos particulares producto de las cuarentenas y los cierres de fronteras, la demanda de petróleo refinado bajó drásticamente. Esta sobre oferta llevó a una baja sostenida del precio del petróleo en lo que la Agencia Internacional de Energía llamó el “peor año” para el commodity.
Esta baja de la demanda dio pie a una guerra de precios entre la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) con Arabia Saudita a la cabeza y Rusia para capitalizar el escaso mercado de crudo, ofreciendo descuentos sin bajar la producción. A consecuencia de esto el mercado se inundó de crudo, y las bolsas de las principales potencias sufrieron fuertes caídas desde el 9 de Marzo, con un impacto similar en el resto del mundo.
La inestabilidad económica y la baja del precio se sostuvo durante todo Marzo y el 9 de Abril Rusia y la OPEP anunciaron que reducirían su producción en un 10%. Estados Unidos y México anunciaron pequeñas bajas en su producción también. Sin embargo nadie quiere perder una porción significativa del mercado, y se sigue extrayendo petróleo para vender sin que tenga un destino claro o una necesidad más allá de evitar que las petroleras pierdan ingresos.
Ante esta completa falta de planificación internacional, el mundo se está inundando de petróleo que no necesita, y como ni las petroleras, ni las refinerías, ni los inversionistas quieren perder dinero -por subproducción o sobrestockeo-, el precio cayó dramáticamente, perforando su piso histórico y llegando al escándalo de valer negativo. Es decir que tenedores de contratos futuros pagan a otras personas o empresas para hacerse cargo del barril de crudo que compraron barato, pero ya no quieren porque no tienen donde ponerlo.
Vaca Muerta en problemas
Aunque el retroceso que sufrió el Brent europeo -que es la referencia para el mercado argentino- fue mucho menos dramático, el precio actual de aproximadamente 26 dólares el barril lo deja muy cerca de su costo de producción (aproximadamente 20 dólares), lo que genera preocupación especial para el fracking, que tiene un costo mucho más elevado (aproximadamente 40 dólares).
Esto supone un problema para Vaca Muerta, el principal caballito de batalla económico del gobierno de Fernández -como lo fue de Macri-, porque el parate de la actividad y la caída de los precios podrían desalentar las inversiones. Desde algunos medios cercanos al oficialismo empezó a circular el rumor de que el Ministerio de Desarrollo Productivo podría avanzar en la implementación de un precio especial o “barril criollo”, para subsidiar la producción de shale. Mientras tanto decenas de miles de trabajadores petroleros están suspendidos cobrando el 30% de su salario y tienen la constante amenaza de despidos por parte de las empresas.
Ocurre que el shale, el petróleo extraído por fracking, tiene un costo de producción y procesamiento mucho más alto que el de pozo, porque se trata de un proceso más complejo -y con mayor impacto ambiental- razón por la cual las empresas internacionales demandan garantías para invertir en pozos como Vaca Muerta. Básicamente que el Estado les garantice sus ganancias, mientras los trabajadores del petróleo han visto sus condiciones de trabajo, convenios colectivos y sus salarios fuertemente deteriorados con el aval del Estado, tanto en el gobierno de Macri como en el actual.