El pasado 11 de abril se publicó el llamado internacional Solidaridad con las y los manifestantes de julio del 2021, impulsado por diferentes sectores de Cuba y suscrito por personalidades y militantes de izquierda a nivel internacional. En el documento se denuncian las injustas –y desproporcionadas- condenas impuestas a muchas de las personas que fueron detenidas en las protestas del 11 y 12 de julio del año anterior, a la vez que solicita al gobierno de la isla una Ley de Amnistía para lograr su liberación.
Lisbeth Moya fue una de las firmantes del llamado y acaba de ser detenida arbitrariamente. De esta manera, el régimen cubano está apostando a la silenciosa persecución de quienes impulsan la campaña de solidaridad.
Según contó una allegada en redes sociales: «Querían mantenerla en su casa con el argumento de que iría a la embajada americana. Eso le dijeron a su mamá. Salió caminando para estar con sus compañeros y amigues. Varios oficiales de la SE contra una mujer. Intentó montarse en algún taxi y la oficial que no se le despegaba le decía al chófer que era una contrarrevolucionaria y si la montaban podían perder hasta el carro. Logró montarse en una gacela en la calzada de Luyanó. La oficial montó con ella y le pidió al chófer que no la llevara porque era una contrarrevolucionaria. El continuó hasta que un carro patrulla lo obliga a detenerse y montan a Lisbeth Moya González en esta. ¿Cómo calificar este hecho? No me lo contó nadie. Lo escuché todo porque nos mantuvimos conversando por móvil. ¿Qué más tenemos que esperar de ustdes?»