Catástrofe humanitaria en Ecuador

Foto: Efe

Ornella Pugliese

En la provincia de Guayas se acumula el 70% de los casos de infectados por COVID-19 del país. La inoperancia del gobierno frente a la pandemia ha llevado a una situación crítica que dio como resultado las imágenes que salieron a la luz estos últimos días: cientos de cadáveres que se acumulan en las calles y en las casas de la gente, con su foco en la ciudad de Guayaquil.

“El ECU911 ha recibido hasta la fecha cerca de 3500 llamadas reportando la presencia de cadáveres en Guayaquil. Eso no significa que ese sea el número de cadáveres, porque por cada fallecido puede haber varias llamadas, incluso llamadas falsas. Pero el hecho de que el protocolo oficial dispuso que sólo sean los médicos del Estado los que emitan los certificados de defunción, y la poca colaboración de las funerarias, creó un cuello de botella que causó la crisis sanitaria de manejo de cadáveres más grave en la historia de Guayaquil” Plan V, Ecuador.

La provincia de Guayas y su capital, Guayaquil, son los más castigados por la pandemia en Ecuador, que deja más de 2.700 contagiados y unos 100 muertos en todo el país. El 70% de los infectados se concentra en esa región. El puerto de Guayaquil tiene la mayor tasa de mortalidad del país por COVID-19 y la más alta de Latinoamérica: 1,35 muertos por cada 100.000 habitantes, por encima de la de Sao Paulo (0,92), según el médico Esteban Ortiz, de la Universidad de las Américas de Ecuador.

Las imágenes y videos que estos últimos días estuvieron circulando, mostrando los cadáveres apilados en las calles de Guayaquil son la expresión trágica de un sistema de salud desbordado.

El gobierno de Lenin Moreno había decretado hace ya tres semanas el Estado de excepción. A este decreto le sumó, luego de un par de días, el toque de queda en todo el país, que rige desde las 2 de la tarde hasta las 5 de la madrugada, quedando las Fuerzas Armadas con el control sobre el espacio público.

El titular de la Fuerza de Tarea1 Jorge Wated responsabilizó a las funerarias y al servicio forense por no responder con rapidez los casos de fallecidos. Pero lo que oculta al decir esto es la irresponsabilidad e inoperancia del gobierno, que no supo cómo resolver la situación en un primer momento e intentó avanzar con algunas medidas con las que luego tuvo que retroceder por la oposición que encontró entre su población, perdiendo tiempo valioso sin ofrecer soluciones reales.

Nos explicamos. A fines de marzo el gobierno publicó un “Protocolo para la manipulación y disposición final de cadáveres con antecedente y presunción de COVID-19 extrahospitalario”. Entre otras cosas, en el mismo se disponía que sólo sean médicos del Estado los que acudieran a los domicilios y firmaran las actas de defunción. Esto significaba que cada día más de 100 médicos debían ser enviados a recorrer la ciudad emitiendo certificados, lo cual ya desde el vamos no parece muy práctico. Por otra parte a esto se sumó la falta de personal con la que contaban las funerarias y el departamento de Medicina Legal para poder hacer efectivo este protocolo.

Además, hasta esta semana el gobierno obligaba a hacer sólo cremaciones. En la ciudad de Guayaquil sólo existen tres crematorios, todos privados, que cobran sumas imposibles para las clases populares.

Para sumar más caos a la situación, el vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, dijo el viernes pasado que los muertos por coronavirus serían enterrados en fosas comunes. Esto generó una ola de críticas por parte de la población, frente a lo cual el gobierno tuvo que dar marcha atrás y salir a hablar, en cambio, de que habrían “entierros dignos”.

Pero ¿por qué desborda el sistema de salud? Los sistemas de salud de todos los países del mundo tienen problemas para enfrentar la pandemia debido a los recortes en el presupuesto destinado a esta área que se viene acumulando desde hace años, y Ecuador no es la excepción.

La inversión en el sector de salud pública disminuyó en aproximadamente 66 millones de dólares entre 2018 y 2019. Este ajuste brutal en el presupuesto es lo que hoy está repercutiendo en forma de falta de infraestructura e insumos, a lo que se suma la disminución del personal médico, limitando severamente la capacidad de atención del sistema frente a esta emergencia sanitaria.

Mientras tanto, Wated responsabiliza ahora a la gente “todo depende de tí, de tu disciplina” dice en un video que salió el pasado miércoles, luego de que por fin desde el Estado se empezaran a levantar los cadáveres de las calles.

Los organizamos de Derechos Humanos de Ecuador ya están denunciando golpizas y tratos crueles por parte de las fuerzas de seguridad en los barrios populares
Billy Navarrete, secretario del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Ecuador, informó que recibieron denuncias por el accionar violento de los militares.

“Durante los patrullajes en los barrios más pobres apalearon a los jóvenes y hubo cortes de cabello forzados. Se volvió a repetir el relato que estigmatiza a la gente de los barrios populares. Quieren hacerlos ver como los que perjudican la salud del resto, cuando son los que peor la están pasando”.

En todo lo que lleva transcurrido de esta crisis global el gobierno sólo se dedicó a profundizarla, continuando con el pago de la deuda externa, pretendiendo que una vez más sean los trabajadores quienes se hagan cargo de los platos rotos, y mandando a los militares a las calles para contener y amedrentar a los sectores populares que son los que hoy más están sufriendo.

Frente a esta situación de crisis pandémica provocada por el avasallamiento capitalista de la naturaleza, como bien explicamos en muchas otras notas de este portal, entendemos que la salida tiene que surgir de la solidaridad entre los de abajo, de la coordinación entre los sectores populares, para organizar comités de higiene locales, de apoyo a las personas sin hogar o recientemente despedidas, de atención a víctimas de violencia de género. Y hacer esto a la vez que le exigimos al gobierno que tome medidas reales y urgentes para proteger a la población y en especial a las y los trabajadores de la salud, quienes están en la primera línea haciéndole frente a esta dura batalla.


1- El gobierno de Ecuador creó un grupo de tarea conjunta de policías y militares para “atender” la emergencia desatada por la pandemia.