Carla Tog
Jornada histórica de movilización contra los recortes y el ajuste
Como muestra del hartazgo e indignación ante la situación que sufre la inmensa mayoría del pueblo español, casi 2 millones de personas inundaron las calles de Madrid Bajo el lema “Pan, trabajo y techo para todos y todas. No al pago de la deuda. Fuera los Gobiernos de la Troika. No más recortes”, protagonizando una histórica manifestación que superó las previsiones y expectativas en cuanto a la participación masiva con la que contó, como en el contenido que adquirió y expresó.
Todos leímos, escuchamos y compartimos lo que en las pancartas y los cánticos se decía; “ Tu sobre, mi recorte”, “Aborto libre y gratuito”, “Gamonal. Barrio vivo, barrio combativo”. “Si no hay justicia para el pueblo, no habrá paz para el Gobierno”, “La sociedad despierta, se os acabó la fiesta”, “Mi hija estaría aquí pero ha emigrado”, “Española o extranjera, una sola clase obrera”. Los cánticos decían; “De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste” o “No es una crisis, es una estafa”. “Yo quisiera ver a Rajoy y Rubalcaba en la cola del INEM[1]“, “Con coraje y dignidad la victoria llegará” o “Gobierno dimisión”.
A pesar del boicot del Gobierno, quien junto a los medios de comunicación, hizo lo imposible para acallar la convocatoria previa e impedir el éxito de la movilización; a pesar, también, del inmovilismo de las direcciones sindicales mayoritarias de CC.OO. y UGT abocados a contener el descontento social pactando con el gobierno y la patronal contra los intereses de los trabajadores, se ha demostrado que el movimiento está vivo y sigue peleando, que los trabajadores no quieren más recortes en salud y educación; y que salen a las calles a pelear por trabajo y viviendas para todos, a defender sus conquistas y derechos que están siendo avasallados por las políticas del PP bajo mandato de la Troika.
El despliegue de un amplio y provocador dispositivo policial (que cargó varias veces cuando aún no había acabado el acto y que terminó con varios heridos y detenidos) fue, una vez más, la respuesta del PP al legítimo y justo reclamo social.
Una marea de Indignación social que desbordó las expectativas
A las ocho columnas de caminantes por la dignidad que confluyeron en Madrid se les sumaron miles y miles más en la capital, los madrileños sumados a quienes llegaron en trenes, coches y autobuses desde todo el país, fueron los que aportaron el mayor número de asistentes. Y es que el malestar es concreto: millones de parados, decenas de miles de desahuciados, miles y miles de jubilados cada vez más pobres, mientras se recortan miles de millones en salud y educación y se padecen las consecuencias de la aplicación de la sanguinaria reforma laboral del PP que constituye un liso y llano ataque a las condiciones laborales, por lo que los EREs[2] y las rebajas salariales siguen siendo moneda corriente.
De esta manera, el planteo original de la convocatoria (principalmente impulsada por IU entre otros colectivos y organizaciones) que llamaba a marchar en columnas hacia Madrid y que incluía los cuatro lemas principales inscriptos en la bandera cabecera de la movilización, fue en los hechos desbordado ante la masividad y diversidad de reivindicaciones y sectores que se expresaron.
Por eso también, a pesar de la simpatía y confianza que pueda despertar IU, no debemos olvidar gestiones como las de Andalucía, donde el PSOE administra el ajuste con IU y donde el escándalo de los EREs y la corrupción en esa Comunidad Autónoma, ponen en entredicho no solo su propia honestidad sino su proyecto estratégico de fondo como organización, es decir, se proponen, eso sí con discurso rojo, una “administración de izquierda” del capitalismo salvaje, demostrando no ser una alternativa opuesta al PSOE, sino más bien su fiel colaborador.
Panrico y Coca Cola, destacado lugar de los trabajadores y sus luchas
Junto a trabajadores de la limpieza de Madrid, las mujeres del carbón asturiano, trabajadores de la salud y la enseñanza, partidos de izquierda y distintas organizaciones contra los recortes, estuvieron presentes los compañeros y compañeras trabajadores de Panrico y Coca-Cola, que llevan semanas en huelga indefinida desde hace semanas, ejemplos concretos y actuales de la lucha de los trabajadores contra los despidos y las rebajas salariales que pretenden imponerles la patronal y el gobierno.
CCOO y UGT los ausentes de siempre
Como era de esperar, la movilización no contó con la presencia de la burocracia de UGT-CCOO, que como dijimos una y otra vez, ha hecho todo lo posible y lo imposible por paralizar y llevar a la derrota las principales luchas parciales, al mismo tiempo que, por supuesto no impulsa ninguna lucha de conjunto contra el gobierno de Rajoy. La lista de traiciones de Toxo y Méndez es directamente proporcional a los subsidios que reciben del Estado y a las ganancias de las empresas que poseen. Hace ya mucho tiempo que estos “sindicalistas” no dependen de las cuotas que pagan sus afiliados, sino de las dádivas del gobierno de Madrid y las autonomías, que se calculan conservadoramente en unos 200 millones de euros anuales.
Hace falta una verdadera huelga general para derrotar a Rajoy y la Troika
En este contexto, la lucha por una salida independiente de la clase trabajadora deja de ser una abstracción y se transforma en una necesidad concreta.
Hoy esto tiene dos aspectos fundamentales, estratégicos, que son dos caras de una misma moneda. Por un lado la necesidad de una amplia recomposición del movimiento obrero y sindical que barra con la basura de Toxo, Méndez y las burocracias de CCOO y UGT, que viven a sueldo del Estado y las patronales. Y por el otro se necesita igualmente un instrumento político independiente de los trabajadores. Así mismo, esta necesaria herramienta política –alternativa al PSOE– de ninguna manera puede ser el PCE y su Izquierda Unida, que desde el final del franquismo han sido los más fieles colaboradores “rojos” del régimen monárquico y del capitalismo español, y de la Unión Europea.
En lo inmediato, en esta atmósfera cargada de “electricidad”, la lucha contra Rajoy y el ajuste dictado desde Berlín tiene una consigna central: ¡Huelga general con movilizaciones en las calles hasta derrotarlo! Por supuesto, esto no se puede lograr con rogativas a Toxo y Méndez para que se vuelvan combativos y se decidan a movilizar seriamente. El camino a una verdadera huelga general (no la farsa de una día de marchas rituales) estará jalonado por las acciones de lucha de la clase obrera, como han dado el ejemplo en su momento los mineros y lo están dando ahora las trabajadoras y trabajadores de Panrico y Coca Cola.
Los trabajadores, los luchadores obreros, juveniles y populares debemos intervenir decididamente impulsando la organización y las acciones independientes, en la perspectiva de la huelga general para echar a Rajoy y el plan de ajuste de la UE, y contra las traiciones de los burócratas de UGT-CCOO.